Entre 250 y 300 migrantes, principalmente de nacionalidad afgana, vivían en este campamento establecido en la plaza del Cheval Noir, y para los que varias asociaciones de ayuda como la Fundación Abbé Pierre, Emmaüs France y Pantin Solidaire, habían pedido que se les diera un refugio digno.
Estos grupos señalaron que si el dispositivo puesto en marcha para acoger a las personas que huyen de la guerra en Ucrania “demuestra que es posible ofrecer una acogida digna a todos”, es necesario ofrecer “unas condiciones de vida dignas para todos sin ningún trato diferenciado”, dijeron.
Durante el desalojo los voluntarios presentes declararon que los migrantes serían enviados a centros de acogida en la región de París, y posiblemente en otras regiones, pero criticaron que la policía impidiera recuperar el material donado a los acampados, como tiendas de campaña y mantas, alegando “razones sanitarias”, pues podían ser tratados en lavanderías industriales.
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