Recientemente, los mandatarios de México y Bolivia, Andrés Manuel López Obrador y Luis Arce, respectivamente, anunciaron que no asistirán a la cita prevista para junio en Los Ángeles, California, si Washington insiste en impedir la presencia de esos Estados.
Durante su visita a Alemania, en el marco de una gira por Europa, el presidente Alberto Fernández instó a los organizadores del evento a reconsiderar su postura e invitar a todos los países de Latinoamérica.
Por su parte, el ministro argentino de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, informó a la prensa que envió una nota formal a Estados Unidos para demandar la celebración de una cumbre sin exclusiones.
Deben participar todos. Este tema ya se planteó antes de la organización de la cita, cuando se convocó a los grupos de trabajo. Tienen que ir todos los países, señaló.
A inicios de este mes, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuya presidencia pro tempore ocupa Argentina, criticó el comportamiento de la administración de Joe Biden, que impide a “todas las voces del hemisferio dialogar y ser escuchadas”.
El evento representa una gran oportunidad para construir un espacio de encuentro en el que participen todos las naciones de modo abierto e inclusivo, bajo el objetivo unificador de concertar acciones conjuntas, indica un comunicado de dicha organización.
Además, apunta que las graves consecuencias de la pandemia de Covid-19 en la región demuestran que el diálogo y la cooperación son herramientas claves para el bienestar de los pueblos.
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