Sin contar todos los votos de los 329 diputados, Mohamud obtuvo una mayoría inalcanzable para el actual mandatario Mohammed Abdullahi «Farmajo», quien le dio la mano y le felicitó por la victoria en la madrugada del lunes.
Ambos estaban sentados uno al lado del otro en la carpa Aficio, un hangar de la fuerza aérea adjunto al aeropuerto internacional de Mogadiscio, la capital, donde se efectuó la votación para cubrir el puesto, con un retraso de casi 15 meses.
Mohamud (2012-2017) fue el octavo jefe de Estado del inestable país del cuerno de África y será el décimo en ocupar el sillón presidencial por los próximos cuatro años. Además se convierte en el primero en reelegirse (de forma indirecta).
Para la decisión, los legisladores necesitaron tres rondas, en la primera participaron 36 contendientes y en la segunda lo hicieron los cuatro más votados.
Bajo extremas medidas de seguridad, la votación se efectuó en un hangar adornado para la ocasión en colores azul y blanco, y protegido por las fuerzas de la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia.
Precisamente para evitar ataques, la Policía Federal decretó un toque de queda en la ciudad que está vigente desde anoche y hasta las 06:00, hora local, de este lunes.
No obstante, algunos medios de comunicación informaron que el aeropuerto fue objeto de fuego de mortero, aunque no se precisó si hubo víctimas.
Entre sus retos principales, Mohamud deberá enfrentar la sequía, que amenaza a siete millones de habitantes, y derrotar al grupo extremista al Shabaab, que actúa con casi total libertad en zonas del centro y sur.
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