La ministra del Trabajo hasta su nombramiento era la favorita de los especialistas para el puesto, de una lista integrada por varias mujeres, entre ellas la presidenta de la Región del Gran Reims, Catherine Vautrin, y la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.
Según un comunicado del Palacio del Elíseo, Macron encargó a Borne de formar un nuevo gobierno.
Desde el viernes en la medianoche concluyó el quinquenio anterior de gestión del jefe de Estado, reelecto en el balotaje del mes pasado, pero este fin de semana Castex estuvo en el Vaticano al frente de la delegación para la canonización de Charles de Foucauld, dilatando su salida del cargo.
La única mujer que había ejercido hasta ahora como primera ministra de Francia, Edith Cresson, saludó la designación y la calificó de “una buena selección”.
En las filas de la oposición, el nombramiento para el hotel de Matignon, la sede del primer ministro, fue recibido con duras críticas.
La principal figura de la extrema derecha y rival de Macron en el balotaje del 24 de abril, Marine Le Pen, consideró que la designación demuestra la incapacidad del presidente para unir y su voluntad de continuar con las políticas de “deconstrucción del Estado y destrucción social”.
Por su parte, el líder de La Francia Insumisa y excandidato presidencial, Jean-Luc Mélenchon, estimó que con el anuncio de Borne como primera ministra comenzó una nueva etapa de “maltrato social”.
Se espera que esta noche Castex entregue el mando de Matignon a Borne.
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