Con este objetivo, las autoridades sanitarias de la isla diseñaron una campaña que se extenderá hasta el 17 de mayo del año venidero y basada en la iniciativa Hearts de la Organización Panamericana de la Salud, cuyo fin estriba en la promoción de las mejores prácticas globales en el enfrentamiento a las enfermedades cardiovasculares.
Así lo dio a conocer a la prensa Salvador Tamayo, jefe del Programa de Prevención y Control de las enfermedades no transmisibles del Ministerio de Salud Pública, al tiempo que enfatizó cómo se busca extender el proyecto a toda la nación tras su puesta en marcha, de manera piloto, en algunos territorios.
Según el funcionario, la hipertensión arterial tiene una repercusión directa en la mortalidad como primera causa de muerte en la isla, y también ocasiona una gran discapacidad.
Cuba puede revertir el rumbo tomado por las enfermedades no transmisibles en su cuadro de mortalidad y discapacidad porque cuenta con un sistema de salud con enormes potencialidades y en el que se prioriza la equidad social, expresó.
Por su parte, la subdirectora de Docencia e Investigaciones del Hospital Universitario Calixto García, Yamilé Valdés, mencionó cómo después de un llamamiento de la Organización Mundial de la Salud, se incluirán un grupo de acciones que modifican los procedimientos implementados hasta la fecha.
Estos cambios, dijo, se basan en tres componentes fundamentales tales como la comprobación de la correcta medición de la hipertensión arterial, el cálculo del riesgo cardiovascular y la terapéutica.
El país posee desde 1975 un programa de control de hipertensión arterial que se actualiza periódicamente y está conducida por una comisión técnica asesora, añadió.
Acorde con los resultados de la primera encuesta nacional de salud, conducida por el Instituto de Higiene y Epidemiología y realizada en 2019, la prevalencia de hipertensión arterial se incrementó en adultos al 37,2 por ciento, de un 30,9 por ciento en 2010, ahondó Valdés.
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