La muestra, titulada Cuando los píxeles lloran, desde la sede nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) presenta una selección de entre más de 300 instantáneas recibidas, precisó el vicepresidente de esa organización gremial, Jorge Legañoa.
Según detalló, las fotos resaltan la labor de las personas que trabajaron día y noche en el centro del capitalino municipio de La Habana Vieja hasta encontrar a la última persona reportada como desaparecida.
El objetivo de la exposición, que incluye imágenes de fotógrafos de varios medios de comunicación, incluida la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina, es que la catástrofe ocurrida el pasado 6 de mayo “no quede diluida en el tiempo y se recuerde”, agregó Legañoa.
De acuerdo con el fotorreportero del diario Granma Ricardo López Hevia, las imágenes proponen un recorrido visual que resultó bien complejo por constituir el reflejo de una semana muy dura para el país.
Tras el siniestro que conmocionó a Cuba, el fotoperiodismo tuvo que imponerse y dejó una muestra muy representativa y profesional de lo que sucedió, afirmó.
Luego de la inauguración, en la UPEC tuvo lugar un taller para analizar experiencias sobre la cobertura del accidente en el hotel, al parecer resultado de una fuga de gas.
El presidente de la UPEC, Ricardo Ronquillo, hizo un reconocimiento especial a la forma en que actuó el sistema de comunicación pública del país frente a un hecho tan conmovedor.
Destacó que el tratamiento de la información fue oportuno y ágil, así como demostró la enorme capacidad de la prensa para el trabajo en redes sociales, a partir de las llamadas directas desde el lugar de los hechos.
Durante la iniciativa, representantes de los medios explicaron cómo fue el seguimiento y tratamiento informativo del siniestro, en tanto enfatizaron en la necesidad de contrastar fuentes a la hora de transmitir noticias.
La explosión en el Saratoga provocó el derrumbe parcial del hotel y afectaciones a 17 inmuebles adyacentes, y dejó el saldo de alrededor de 99 lesionados y 46 fallecidos.
Luego del accidente, el presidente Miguel Díaz-Canel insistió en que las prioridades del país eran atender a las víctimas, sus familiares, personas hospitalizadas y viviendas colapsadas, además de continuar las investigaciones sobre las causas del suceso y la búsqueda de sobrevivientes.
De forma ininterrumpida por más de 144 horas, las fuerzas de salvamento y rescate realizaron labores en la zona del hotel, cuya estructura corría peligro de colapsar, pero no encontraron personas con vida entre las ruinas.
Una vez concluida la búsqueda entre los escombros, Díaz-Canel decretó duelo oficial; también hubo una misa en la Catedral de La Habana y una vigilia en el Parque de la Fraternidad, ubicado muy cerca del inmueble siniestrado.
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