Al inaugurar, en esta capital, la XXI Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el mandatario destacó que es esencial mantener una voz firme y articulada por el desarrollo sostenible y la defensa de la soberanía en la región.
Frente a jefes de Estado y de Gobierno y representantes de los 10 países de la Alianza, reunidos en el Palacio de la Revolución (sede del Ejecutivo), denunció que Estados Unidos asume de manera ilegítima el rol de árbitro de la democracia, y utiliza el sistema panamericano como instrumento de dominación.
Rechazó, asimismo, la política de exclusión aplicada por el gobierno de esa potencia de cara a la IX Cumbre de las Américas, prevista para el mes próximo en Los Ángeles, y calificó la decisión de no incluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de retroceso histórico que lesiona la soberanía de las naciones.
Estados Unidos aprovecha su condición de anfitrión en ese foro para restringir la participación de países con mucho que aportar a la cita, remarcó.
En ese sentido, destacó los logros de Cuba en el enfrentamiento a la pandemia de la Covid-19 apoyada en su personal de salud y científicos, quienes desarrollaron vacunas y medicamentos propios, los cuales puso al servicio de los países de la ALBA-TCP.
Díaz-Canel evocó las posiciones defendidas por el General de Ejército, Raúl Castro, en la VII Cumbre de las Américas realizada en 2015 en Panamá.
En esa oportunidad, el entonces jefe de Estado subrayó que la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) evidenció que la región puede avanzar hacia la unidad y la concreción de objetivos comunes en el marco de la diversidad.
Lo mismo ocurrió con la proclamación de América Latina y el Caribe como zona de paz, adoptada en esta capital en 2014 durante la II Cumbre de la Celac, apuntó Díaz-Canel.
En su alocución, el presidente cubano llamó a cambiar las reglas de las actuales relaciones hemisféricas.
Recientemente Díaz-Canel dijo que en ningún caso Cuba asistirá a la cumbre convocada por Washington.
“Compartimos la posición de los líderes de la región que han reclamado con firmeza que todos tienen que ser invitados en pie de igualdad”, aseveró.
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