Los Jefes de Estados y de Gobiernos que asistieron a Puerto España, capital de Trinidad y Tobago, del 17 al 19 de abril de 2009, tenían muy claro que la reintegración de la mayor de las Antillas al ámbito de las relaciones interamericanas era un paso esencial para las Américas.
Aquel fin de semana, hace ya 13 años, los mandatarios evidenciaron también que la proyección de Obama suponía el comienzo de una nueva era entre La Habana y Washington.
Tenían, además, mucha expectativa sobre los anuncios de cambios de políticas de Estados Unidos hacia el continente, y en particular, respecto de la eliminación del bloqueo económico, político y comercial de ese gobierno contra las cubanas y los cubanos.
“Aguardamos con interés el día en que Cuba pueda ocupar el lugar que le corresponde entre sus colegas del hemisferio”, expresó el primer ministro trinitense Patrick Manning, responsable de las palabras de clausura de la cita.
Cuba no había sido invitada a ninguna de las Cumbres realizada desde 1994, y para la cita de Trinidad y Tobago tampoco le permitieron asistir.
Entre los presentes, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, expresó su vergüenza por la ausencia de Cuba, «el hermano país», y negó llamar por su nombre a aquel encuentro panamericano.
A la nación cubana se le sancionó y castigó por luchar su independencia, la soberanía de los pueblos, prestar solidaridad sin condiciones a los países de América Latina y el Caribe, “y por eso, yo no me siento cómodo en esta Cumbre”, enfatizó Ortega.
Aquel año, Cuba fue el único país excluido de tal Cumbre, lo cual restó fuerza a los esfuerzos por conseguir soluciones regionales a problemas del área como la prosperidad humana, la seguridad energética y la sostenibilidad ambiental.
Allí quedó claro que la inclusión de la isla caribeña en los principales asuntos hemisféricos era una prioridad para el continente.
Ante el reclamo exigido por los presentes en Puerto España, Obama acotó que su país aspiraba a un nuevo comienzo con Cuba, y recibió aplausos luego de expresar que el camino a recorrer sería largo, porque debían superarse decenios de desconfianza, pero, insistió, “se pueden dar unos pasos decisivos hacia ese nuevo día”.
“No la dejemos escapar”, enfatizó durante las jornadas del foro la presidenta de Argentina, Cristina Fernández.
Aunque Cuba jamás exigió su presencia en las Cumbres hemisféricas, su participación se logró en 2015 en Panamá, 28 años después de la primera de estas reuniones, realizada en la ciudad estadounidense de Miami.
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