En esos intrincados parajes de la geografía nacional habita el 12 por ciento de la población cubana, ubicada en 54 municipios de 11 provincias, con mayor predominio en la zona oriental.
Esta iniciativa, idea del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, promueve la implementación de diversos proyectos en zonas tan recónditas y de difícil acceso, donde los serranos calculan las distancias por “pasos de río”, equivalentes a kilómetros y más kilómetros (km) de trayecto. En la oriental provincia de Holguín, alrededor del 23 por ciento de su territorio forma parte del Plan Turquino, que abarca los sistemas montañosos de las sierras de Nipe, Cristal y de Maguey, así como las Cuchillas de Moa y parte de las del Toa.
Precisamente, la Sierra de Nipe constituye una de las reservas de hierro y níquel más grande del mundo, junto con la Cuchilla de Moa, además, esos sistemas abarcan tres áreas protegidas, entre las que se encuentra el Parque Nacional Alejandro de Humboldt, Patrimonio Común de la Humanidad.
José Agüero, a cargo del Programa en Holguín, destacó que “las montañas son esenciales para la vida, al aportar recursos esenciales, como la mayor parte de agua dulce, energía y alimentos, de ahí que potenciar una mejor calidad de vida al montañés y medidas para su sostenibilidad son prioridades para la nación cubana”.
En ese sentido, resaltó la realidad actual de los cerca de 36 mil holguineros que viven en 103 asentamientos, totalmente electrificados a través del Sistema Energético Nacional, minihidroeléctricas y plantas estacionarias.
Para el joven Yordanis Matos nacer en Calentura y regresar hecho un doctor para atender a sus vecinos y familiares en el nuevo consultorio médico fue un compromiso y ejemplo para los hijos de otros campesinos.
Ser el primer graduado en Medicina de su intrincado poblado es un incentivo para que otros como él se tracen caminos más largos desde el punto de vista educativo y, luego, lo practiquen en esas zonas, donde tanta falta hacen ingenieros agrónomos y de otras especialidades técnicas.
Las montañas están llenas de proezas cotidianas, en las que la naturaleza atestigua e impone retos a los galenos, quienes se trasladan a pie o caballo para llegar hasta sus pacientes.
Los vecinos ayudan a trasladar al enfermo loma abajo donde está el Puesto Médico más cercano y los arrieros llevan el pan hasta la bodega más lejana.
Historias cotidianas que se acumulan y convierten en dignas anécdotas de esos hombres y mujeres, a los cuales la Revolución cubana tiene entre sus prioridades, para dejar atrás el oscuro pasado de analfabetismo, olvido, injusticia social e insalubridad.
Tan es así que en estas más de tres décadas de quehacer en el Plan Turquino, las transformaciones para los más viejos serranos son abismales con maestros oriundos de la zona en escuelas dispersas por el lomerío e indicadores muy bajos en las tasas de mortalidad infantil y materna.
El Gobierno de Holguín ahora está inmerso en rescatar la producción sostenible de importantes rubros explotables, como cacao, café y coco, de los que las montañas siempre han sido grandes generadoras.
De ahí, que el gobernador de esta nororiental provincia, Julio César Estupiñán, ratificara que el mayor reto para las montañas radica en potenciar la economía, fundamentalmente, la producción agroforestal, en aras de lograr la permanencia de los serranos en su entorno.
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