Para Skerrit, la historia de Cuba, que es de extraordinario humanitarismo, lleva a la obligación moral de exigir el cese del bloqueo contra el gobierno y el pueblo de esa nación caribeña y a demandar que se le excluya de la lista arbitraria de países patrocinadores del terrorismo.
La Carta de la OEA reconoce el derecho de sus miembros a elegir su modo de organización, así como su sistema político, económico y social, sin intervención o interferencia, y debe actuar en consecuencia con el resto de las naciones del mundo, sean parte o no de esa organización, comentó.
En víspera de la Cumbre de las Américas, que inició este lunes en Los Ángeles, Skerrit llamó al gobierno anfitrión a hacer de este un evento serio y transformador, que ayude al desarrollo de la región.
Aseguró que esas son sus principales razones para asistir a la cita, que se verá afectada inevitablemente por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y la ausencia de otros líderes claves, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, de México, y su homóloga de Honduras, Xiomara Castro.
“El verdadero multilateralismo cobija e incluye a todos, da voz a todos y muestra respeto a todos”, aseveró y agregó que Estados Unidos no puede alabar los méritos de la democracia y luego negarse a escuchar a aquellos con los que no está de acuerdo.
Hoy participo en la Cumbre como un orgulloso galardonado con la Orden José Martí, alta distinción que otorga el gobierno cubano.
También asisto como hermano de los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), como miembro del Sur Global, como amigo del Norte Global, y como líder y ciudadano de estas Américas, concluyó.
La cita continental se desarrolla en Los Ángeles con reuniones entre representantes de la sociedad civil, el sector privado y otros encuentros previos al segmento de alto nivel que tendrá lugar en los últimos dos días, 9 y 10 de junio.
Medios de prensa locales y estadounidenses resaltan que este será un evento fallido ya que los grandes retos de los pueblos del continente no se solucionan mediante la exclusión, la confrontación o la violencia, sino mediante el respecto a la diversidad y la cooperación.
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