A propósito de su participación en la IX Cumbre de las Américas, Skerrit asumió responsablemente una declaración de principios, que resume la postura del resto de las naciones del Caribe insular y la de otros estados del continente cuando recordó la importancia de las relaciones con La Habana, en especial las de carácter solidario y de cooperación.
“(…) dada la trayectoria e historial de extraordinario humanitarismo de Cuba, invito a esta comunidad a unirse a mí para pedir el cese del bloqueo contra el Gobierno y Pueblo de Cuba, y el cese de la injusta inclusión de Cuba como Estado que patrocina el terrorismo”, dijo el jefe de Gobierno.
Skerrit denunció también la decisión de Washington de excluir a Cuba de la IX Cumbre de las Américas bajo el argumento del irrespeto a los derechos humanos, decisión que deslució la convocatoria de la administración de Joe Biden a la cita, pretendido encuentro sobre la construcción y promoción de la democracia en el continente.
El gobernante dominico reiteró el desacuerdo su país conque Estados Unidos, en su rol de anfitrión, también excluyera del encuentro a Nicaragua y Venezuela con igual pretexto, y en cambio llamó a la inclusión y el respeto a las diferencias, lo que provocó la ausencia de los presidentes Andrés Manuel López Obrador, Luis Arce y Xiomara Castro, de México, Bolivia y Honduras, respectivamente.
“Como líderes regionales, debemos promover la inclusión, la justicia, el propósito común, la paz y la prosperidad (…). Debemos hacer esto a través de un diálogo regional genuino y una acción cooperativa”, opinó el político de 50 años.
Skerrit defendió la participación de los mandatarios de todos los países del continente, y recordó que la llamada Carta Interamericana, uno de los documentos rectores de la Organización de Estados Americanos, reconoce el derecho de los países a elegir su modo de organización, así como su sistema político, económico y social, sin intervención ni interferencia.
Eso se traduce, insistió, en el respeto a la soberanía y la cooperación estratégica entre los países de la región.
“El verdadero multilateralismo alberga e incluye a todos, da voz a todos y muestra respeto por todos”, aseguró el jefe de Gobierno.
En esa línea reiteró la importancia del diálogo como vía idónea para tratar las diferencias, encontrar puntos de interés común y adoptar iniciativas dirigidas al desarrollo de los pueblos.
“Es una farsa esperar que un problema (…) pueda resolverse sin un diálogo común, aceptación, voluntad política, cooperación, acción acordada e implementación conjunta”, agregó Skerrit.
En otro momento se refirió al tema de la democracia, y el uso de ese concepto como pretexto para, de manera selectiva, cuestionar y excluir a países por sus sistemas políticos.
La participación y el diálogo, argumentó, están en el centro del proceso democrático, no podemos alabar los méritos de la democracia y luego negarnos a escuchar las voces de aquellos con quienes no estamos de acuerdo.
En su intervención, claramente enfocada en criticar la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la IX Cumbre de las Américas, Skerrit advirtió que la construcción de la gobernabilidad y la democracia en el continente están en constante evolución.
Sin embargo, acotó, la situación global exige la mancomunidad de esfuerzos para hacer frente a desafíos como al cambio climática, la crisis de suministros, los efectos de la pandemia de la Covid-19, la inseguridad alimentaria, la migración y la aparición de nuevas enfermedades, entre otros.
“La gravedad y peligrosidad de los tiempos nos obligan a dejar de lado las discordias y fracturas que amenazan y comprometen la construcción del “futuro equitativo” por el que se pretende trabajar esta Cumbre”, senteció Skerrit.
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