En declaraciones a Prensa Latina la profesora de la Facultad de Economía de la Universidad de la Habana, Lourdes Souto, reflexionó sobre la necesidad de incentivar las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y que estas no sean de supervivencia sino que realmente aporten al desarrollo.
Al cierre del 9 de junio, comentó, ya estaban aprobadas tres mil 765 mipymes, el 55 por ciento son reconversiones y 45 nuevos emprendimientos. De ellas, el 97,2 por ciento son privadas, el 1,3 estatales y un 1,5 cooperativas, detalla la también coordinadora de la Sociedad de Emprendimiento e Innovación.
Dato de interés es que a partir del surgimiento de las mipymes se crearon unos 62 mil 301 nuevos puestos de trabajo para la Economía, pero alertó que debe analizarse si realmente son nuevos o se trata de migraciones del sector estatal hacia el privado.
Souto agregó que hasta el momento hay 121 proyectos de desarrollo local, 36 realizaron previamente exportación y 11 fueron generados en el Parque Científico y Tecnológico de La Habana.
En cuanto al limitado número de mipymes estatales comentó que existe un debate desde la academia sobre si el Estado debiera incluir o no estas formas de gestión pues su basamento se encuentra en la economía política.
Probablemente, dijo, los privados tenían un grupo de carteras de oportunidades que facilitaron su reconversión, en cambio el sector estatal aun se adapta a la nueva circunstancia, y busca las posibilidades y facilidades.
Hoy se aprecia un incremento en el desarrollo de nuevos proyectos a partir de la eliminación de «las actividades permitidas y el surgimiento de las prohibidas», pero todavía en ese listado quedan holguras y requiere reanalisis en algunos indicadores como podrían ser en el caso de los servicios profesionales, o el turismo, subrayó la experta.
El marco regulatorio tampoco ayuda, comentó, aunque le otorga personalidad jurídica, la carga tributaria es bastante amplia, podría ser más flexible en función del tipo de actividades y cantidad de personas pues las existentes frenan un poco en términos de desarrollo, apuntó.
Otras incorformidades están asociados a los financiamientos, el acceso a un mercado cambiario, dificultades para realizar las exportaciones e importaciones, en parte, por los pequeños volúmenes que requieren estas empresas para operar. Además, estos nuevos actores ecónomicos necesitan un acompañamiento desde lo jurídico y lo económicos, acotó.
Lo cierto, opinó, es que llegaron y demuestran un determinado el nivel de aporte, pero es necesario vencer las incomprensiones de algunos organismos para afianzar esos encadenamientos y validar este tipo de proyectos.
No obstante, a las dificultades propias generadas tras un proceso nuevo para estos emprendimientos existen impactos positivos como el hecho de contar con personalidad jurídica.
Unido al reconocimiento social, ser tratados como proyecto o empresa en crecimiento que se puedan encadenar con los distintos actores económicos de la sociedad, concluyó
Estos temas fueron algunos de los debatidos en la II Jornada Económica Productiva Cuba 2022 que concluye hoy en la Habana y estuvo auspiciado por la Cámara de Comercio y la Asociación Nacional de Economistas de Cuba
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