Era junio de 1959 y aquellas palabras fueron dirigidas a la directora designada del centro cultural, Isabel Monal, según publicaría más tarde el investigador Jorge Brooks en un texto del Boletín Prometeo No.4.
Amparados en una ley, prosiguieron los trabajos constructivos en la institución y empezaba una nueva era para el arte y la cultura en la isla, esa misma que avizoraba unos meses antes la Revolución triunfante.
Con la máxima de llevar arte al pueblo, arquitectos, albañiles, diseñadores y todo un equipo se volcó en la creación del coloso que emergió de un proyecto durante el gobierno de Carlos Prío Socarrás (1948-1952) y previó su inauguración para 1954.
Sin embargo, no fue hasta 1979 que se terminó por completo la obra y se abrieron las puertas para una presentación a propósito de la VI Cumbre de los Países No Alineados, celebrada en La Habana.
De acuerdo con la crítica Marylin Garbey, el teatro se organizó por departamentos según las especialidades: Folclor conducido por Argeliers León, Música por Carlos Fariñas, Artes Dramáticas por Fermín Borges, Danza Moderna por Ramiro Guerra y la Administración a cargo de Rafael López.
La primera entidad destinada a la promoción de las artes escénicas en Cuba fue testigo de los espectáculos más transcendentales del país como el estreno de La ramera respetuosa, del afamado dramaturgo francés Jean Paul Sartre.
En su concepción se tuvo en cuenta la creación de dos galerías para exhibir obras de las artes visuales que también ocuparon los exteriores y la fachada del lugar con murales e instalaciones.
Sus salas se bautizaron con el nombre de dos distinguidas personalidades de la cultura, la más grande honra a la escritora hispano-cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda y la más pequeña recuerda al actor cubano Francisco Covarrubias.
En esta última fue donde el bailarín, coreógrafo y ensayista Ramiro Guerra realizó el debut de las piezas Mulato y Mambí con la interpretación de Eduardo Rivero como parte del primer programa del Conjunto Nacional de Danza Moderna, hoy Danza Nacional de Cuba.
En la actualidad, la entidad continúa la promoción de la danza, el teatro, la música y las artes plásticas, pese a la necesidad de un trabajo de reparación del inmueble por problemas elementales en la construcción debido al paso del tiempo.
jf/yrv