Asimismo tendrá lugar durante esta jornada la presentación de la conferencia El enfoque de resiliencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en la región, a cargo de esa entidad de Naciones Unidas.
ProAct, ejecutado desde 2019 en los municipios de Corralillo, Caibarién, Sagua la Grande, Quemado de Güines, Encrucijada, Camajuaní y Remedios, todos ellos afectados por la sequía y los estragos causados por el huracán Irma en 2017, pretendió fortalecer las cadenas de suministro de hortalizas y vegetales a 59 entidades educativas.
Con un enfoque integral, fortaleció previamente las capacidades de las estaciones meteorológicas en función de brindar alertas sobre los riesgos y vulnerabilidades de esos territorios, y de ofrecer información oportuna a los agricultores.
Las formas productivas, a su vez, recibieron insumos y capacitación, tras lo cual estuvieron en condiciones de aumentar sus rendimientos y beneficiar la alimentación de a niños de la educación preescolar, primaria y especial.
Aparejado a esto, se diseñaron acciones para incrementar en los pequeños los conocimientos sobre educación nutricional y de formación vocacional en tareas relacionadas con las labores agrícolas.
A juicio de los involucrados, el mayor éxito de Proact versó en la vinculación entre las entidades productivas y los centros docentes, y en la creación de herramientas para garantizar la extensión de la iniciativa más allá de su finalización.
El taller de sus resultados, realizado desde el pasado día 15, reúne a un centenar de especialistas en agricultura, educación, meteorología, salud, además de otras ramas científicas.
Asimismo, en pos de contribuir al empoderamiento femenino, logró el proyecto crear puestos de trabajo para las mujeres de las localidades beneficiadas, e incrementó el involucramiento de las familias con las actividades curriculares de las escuelas enclavadas en dichas comunidades.
Según declaró Consuelo Vidal, coordinadora residente del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, Proact es muy importante porque logra avanzar en dos de los objetivos identificados como un compromiso de apoyo hacia la isla: mitigar los efectos del cambio climático e incrementar de la seguridad alimentaria.
El programa contó con el asesoramiento del PMA y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y con un financiamiento de dos millones de euros provistos por la Unión Europea.
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