Ese envío es uno más de los suministrados desde varias naciones de la Unión Europea (UE) y Occidente al ejecutivo ucraniano tras el despliegue de la operación militar especial de Rusia en el Donbass a fines de febrero.
El cargamento está en camino a Kiev a través de Polonia, pero la negativa de Hungría a permitir el transporte de armas por su territorio provocó un atraso y el desvío de la trayectoria.
Los armamentos fueron producidos por la compañía serbia Yugoimport de Belgrado hace 40 años, y se suman a otros que este país entregó antes a Ucrania, según el ministro esloveno de Defensa, Marjan Sarec.
El ejecutivo de Liubliana también envió a Kiev cascos, chalecos antibalas y otros equipos, pero en el futuro la ayuda desde aquí se centrará sobre todo en el desmantelamiento de minas y el entrenamiento militar, según Sarec.
Moscú alertó que su operación militar busca inutilizar la infraestructura bélica de Ucrania, así como desnazificar ese país cuyo ejecutivo mantiene desde hace ocho años un asedio constante sobre los territorios del Donbass.
Esos hechos transcurrieron bajo el silencio cómplice de la UE y Occidente, que ahora arremeten contra Moscú con la imposición de varios paquetes sancionatorios con el objetivo declarado de la asfixia económica, según el Kremlin.
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