Tras ocho meses de clases, los expertos del Laboratorio de Ejercicio y Psicología de la Universidad de Illinois, Estados Unidos, hicieron sus evaluaciones y encontraron una mejora significativa en los participantes.
“La memoria de trabajo es de corto plazo y se usa para mantener unas cantidades pequeñas de información en la mente mientras se participa en otras tareas cognitivas”, subrayan los especialistas citados en la revista Frontiers in Aging Neuroscience.
En las clases de baile, que incluyen al merengue, bachata y chachachá, una persona aprende varios pasos, y entonces debe recordarlos para convertirlos días después en secuencias, explicaron los expertos.
Los participantes manifestaron que se sentían mejor en general, que hicieron amigos y que podían gestionar mejor enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus.
La publicación científica insiste en que la actividad física es buena para el sistema vascular y el cerebro, pero la persona debe elegir un plan de ejercicios que sea sostenible, coherente con su estilo de vida.
Un estudio anterior demostró que los individuos que tenían unas tasas más altas de ejercitación corporal, sus cerebros eran más robustos con un riesgo menor de sufrir demencia.
Aunque faltan aspectos por descubrir, ciertas teorías incluyen el hecho de que la actividad física produce una mejora del flujo sanguíneo y de la circulación, y por consiguiente de la salud vascular.
Recuerdan que «el cerebro es un órgano muy vascular y requiere mucho flujo sanguíneo, mucho oxígeno, y con el ejercicio físico este se podría beneficiar».
Los científicos recomiendan una dieta saludable, buena calidad del sueño y la socialización, pero también ejercitarse para alejarse de los problemas con la memoria.
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