Durante una de las sesiones de la V legislatura, los integrantes del máximo órgano legislativo de la isla aprobaron por unanimidad incorporar un artículo a la Constitución de 1976, en el que se declarara que la isla nunca volvería al capitalismo.
Con anterioridad en el país se desarrolló un plebiscito en el que más de ocho millones de electores votaron a favor del contenido socialista de la Carta Magna, en respuesta a las manifestaciones injerencistas del entonces presidente de Estados Unidos George W. Bush.
En el texto se expresó claramente la prohibición de negociar bajo presión, coacción o amenaza de una potencia extranjera y el carácter irrevocable del sistema político, económico y social imperante.
Al aprobarse el acuerdo del parlamento cubano el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro dijo que el propósito de esta acción era preservar los frutos de la obra revolucionaria en un momento en el que cada vez era más evidente la inviabilidad del capitalismo para resolver los problemas más apremiantes de la Humanidad.
Esta fue la tercera reforma constitucional a la carta magna de 1976, que había tenido modificaciones en 1992 para perfeccionar la labor de los órganos locales del Poder Popular y ratificar el compromiso del pueblo con la nueva sociedad.
En 2019 el país aprobó una nueva constitución en cuyo artículo cuarto se ratifica el carácter irrevocable del socialismo en Cuba y lleva este concepto a un plano jurídico superior al declarar que la isla es un Estado Socialista de Derecho.
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