Contra todos los pronósticos, el azar no le dio la espalda al conjunto dirigido por Armando Ferrer, el cual perdió durante la campaña a casi 20 jugadores del roster inicial, la mayoría por firmar contratos en el extranjero sin el amparo de la federación local.
Ferrer y el resto de su tropa –diezmada al no poder suplir las ausencias debido al reglamento- no creyeron en tirios ni troyanos y solventaron disímiles obstáculos hasta lograr su clasificación a los playoffs en un cierre dramático, que incluyó a siete conjuntos en la disputa de tres boletos.
De hecho, Matanzas (40 éxitos y 35 fracasos) ocupó el séptimo puesto de la fase regular de 75 partidos y consiguió el penúltimo ticket disponible a la postemporada, por lo que enfrentó en cuartos de final a Leñadores de Las Tunas (43-32), sublíder en la ronda de todos versus todos.
Nuevamente las quinielas advertían una posible eliminación de los saurios, que cayeron en el primer pleito y luego barrieron en los cuatro consecutivos a la selección de Pablo Civil, que fue incapaz de dar batalla.
La actuación devino golpe sobre la mesa y el empuje necesario para dejar sin opciones 4-0 a Gallos de Sancti Spíritus, líder de la fase inicial, en las semifinales, certificándose así su tercera final en línea.
Una hazaña únicamente lograda antes por Industriales (1963-1966), Villa Clara (1979-1981/1993-1997), Citricultores (1982-1984), Santiago de Cuba (1999-2001/2005-2008) y Ciego de Ávila (2015-2017).
De la mano de estelares como Erisbel Arruebarena, Yadil Mujica y Ariel Sánchez, Matanzas volvió a la disputa de la corona de la isla, que actualmente marcha 3-2 a su favor y podría definirse este lunes si vence al anfitrión Alazanes de Granma en el estadio Mártires de Barbados.
Como durante todo el curso, serán claves las presentaciones de Dariel Góngora y Noervys Entenza, quienes junto a Yamichel Pérez, Naykel Cruz y Renner Rivero tuvieron gran protagonismo en el andar de los Cocodrilos.
Matanzas ganó por primera vez en 2020, aunque el territorio alcanzó varios trofeos bajo las denominaciones de Henequeneros (1970, 1990 y 1991) y Citricultores (1977 y 1984) en el siglo XX.
En más de 60 años de historia, solo 19 nóminas tienen el honor de saberse campeonas entre bolas y strikes en la isla, y de esa cantidad nueve dejaron de jugar hace tres décadas, excepto Habana, antecesor de los actuales Artemisa y Mayabeque a raíz de la última división política administrativa del país en 2011.
Industriales, el conjunto insignia de la pelota cubana, es el máximo dominador y guarda en sus vitrinas 12 trofeos, alcanzados en las ediciones de 1962-1963, 1963-1964, 1964-19651972-1973, 1985-1986, 1991-1992, 1995-1996, 2002-2003, 2003-2004, 2005-2006 y 2009-2010.
Detrás se ubican otros grandes como Santiago de Cuba (ocho), Vegueros (seis), Villa Clara (cinco), Pinar del Río (cuatro), Henequeneros (tres), Azucareros (tres), (La) Habana (tres) y Ciego de Ávila (tres) y el hoy finalista Granma.
Además de los planteles mencionados, Occidentales (1962), Orientales (1967), Agricultores (1975), Ganaderos (1976), Citricultores (1977), Sancti Spíritus (1979), Holguín (2002), Las Tunas (2019) y Matanzas (2020) igualmente conocen el sabor de la victoria en el principal torneo beisbolero de la mayor de las Antillas.
Asimismo, el mentor Ferrer, a sus 68 años, llegaría a dos galardones en el currículo, para igualar con Pedro Chávez, Servio Borges, José Miguel Pineda, Jorge Trigoura y Gerardo “Sile” Junco.
Ellos solo son aventajados por Jorge Fuentes (cinco), Ramón Carneado (cuatro) e Higinio Vélez (cuatro), además de Rey Vicente Anglada, Alfonso Urquiola, Pedro Jova, Antonio Pacheco, Roger Machado y Carlos Martí, estos últimos con tres títulos.
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