Por supuesto, este ya es un debate de larga data, pero el contexto cambió, explicó Borrell en su cuenta de Twitter.
Según él, el conflicto en Ucrania demostró que la UE debe tomar decisiones estratégicas en tiempo real, y consideró imprudente trabajar a la vieja usanza, pues lo que no se pudo acordar entre 27 miembros será imposible de hacer cuando el número de países del bloque llegue a 30 o más.
Borrell señaló, por ejemplo, que la aprobación del sexto paquete de sanciones contra Rusia tomó un mes, y llegar a un consenso sobre este tema requirió una relajación significativa de las restricciones propuestas.
Anteriormente, medios en esta capital destacaron que Hungría, en el curso de las consultas, logró una exención para los suministros de petróleo ruso a través del oleoducto Druzhba.
Si los países entienden inicialmente que la decisión final la puede tomar una mayoría calificada, entonces tendrán más incentivos para negociar y crear alianzas, llegar a un compromiso, asegura el jefe de la diplomacia europea.
De lo contrario, según Borrell, los países cambiarán cada vez más su posición y obligarán al resto a hacer enmiendas.
Agregó que la política de veto se ha vuelto más frecuente últimamente.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en la cumbre de Bruselas del 23 de junio aprobaron otorgar a Ucrania y Moldavia el estatus de candidatos a unirse a la unión.
Asimismo, se esperan avances en un futuro próximo en las negociaciones sobre la adhesión a la UE de Macedonia del Norte y Albania.
La cumbre también anunció su disposición a otorgar a Georgia el estatus de candidato a la adhesión a la UE después de que cumpla una serie de condiciones.
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