Los participantes del evento virtual analizaron los sucesos en torno a la celebración de la IX Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles a principios de este mes.
Michihiro Sindo, investigador especializado en la historia latinoamericana, subrayó la actitud hegemónica y arbitraria del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en su condición de anfitrión, al impedir la asistencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
El principio de exclusión adoptado por Washington tuvo como consecuencia la ausencia de varios jefes de Estado y el rechazo de una veintena de países, precisó el experto.
Por su parte, el embajador de Cuba en Tokio, Miguel Ángel Ramírez, mencionó que la Doctrina Monroe promulgada por Estados Unidos y el ejercicio del unilateralismo han sido rechazados de manera contundente por los pueblos y gobiernos de “Nuestra América”.
“Los cambios experimentados en los últimos años, meses y días en América Latina y el Caribe abren nuevas esperanzas para la consolidación de la unidad y la cooperación regional, sin injerencia externa ni imposiciones de ningún tipo”, sentenció.
También el jefe de la misión diplomática venezolana, Seiko Ishikawa, se refirió al rechazo a la arrogancia estadounidense como un indicio de que los pueblos al sur del Río Bravo ven la necesidad de una transformación estructural del sistema internacional.
“Este cambio es posible en el contexto del declive de la hegemonía de la Casa Blanca y la emergencia de nuevos poderes mundiales”, enfatizó.
Natalia Salazar, representante del cuerpo diplomático boliviano, recalcó la necesidad de que el nuevo orden mundial sea verdaderamente democrático, justo, con equilibrio de poder y sin hegemonismo y que, además, reconozca la pluralidad política, económica, social y cultural.
“La construcción de mecanismos regionales integracionistas como el ALBA-TCP, Celac y Unasur (en su momento) son importantes para empezar a transitar por nuestros propios caminos y avanzar hacia nuestra Abya Yala (nombre más antiguo hasta ahora conocido referido al territorio americano)”, destacó.
Salazar resaltó el valioso accionar de los movimientos sociales de los países del ALBA y su articulación en la defensa de la identidad cultural y la diversidad dentro de la unidad, lo cual generó un amplio interés por parte del cuórum nipón.
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