El sitio fue hasta 2011 el destino preferido de miles de sirios y extranjeros que encontraban en el mismo un espacio ideal para la oración y la meditación, y donde se disfruta de una tranquilidad y paz sin igual.

El monasterio, cuya construcción carece de todo tipo de extravagancia o decoración, incluye una iglesia que data del siglo XI cuyas paredes están cubiertas con figuras icónicas, murales antiguos e inscripciones en árabe, siríaco y griego.

En 2010, el número de visitantes al monasterio alcanzó los 30 mil, antes de que este movimiento se detuviera por completo debido al estallido del conflicto en Siria en 2011.
Hoy en día, viven en el monasterio dos monjes, una monja y dos jóvenes que experimentan la vida monástica. La edificación consta de tres plantas, tiene habitaciones para visitantes, una enorme biblioteca, un museo y una granja de aves, de la cuál se autoabastecen sus inquilinos.

Gracias al ejército sirio, el monasterio estuvo a salvo de los terroristas de Daesh que estuvieron muy cerca del mismo cuando invadieron la vecina ciudad de Qurayateen entre los años 2015 y 2017, dijo la monja.


mem/fm
















