El periplo comienza por el Deutsches Theatre Munich, en Alemania, del 5 al 10 de julio, continúa el 14 en el Festival Internacional de Música y Ballet de Nervi, en Génova, Italia, y los días 20 y 21 en el Palacio Conde Duque de Madrid, en España.
De acuerdo con la maestra Lizt Alfonso, directora general del conjunto, Cuba Vibra constituye un recorrido por la música y los bailes de la isla, desde la década de 1950 hasta el presente, y los hombres y mujeres involucrados tejerán en la escena sus historias de vida.
«Después de este tiempo de pandemia Covid-19, resulta maravilloso nuestro regreso a los teatros del mundo, actuaciones que constituyen para nosotros un proceso natural, engrasar ese mecanismo es algo que extrañábamos y anhelábamos», explicó Alfonso a Prensa Latina.
Según la bailarina y profesora, durante tres décadas la compañía subió a las tablas en los cinco continentes y la actual presentación abarca dos horas de composiciones originales concebidas para este recorrido artístico, en armonía de latín jazz, swing, rock and roll y flamenco.
Esta interpretación en vivo, como las otras que integran el repertorio del grupo, vence las barreras idiomáticas y logra la comunicación con el público mediante la fusión de baile y melodía que encierra, inevitablemente, «un poco del ADN de cada una de las personas en el orbe».
«Las raíces de la cultura cubana son bien ricas. Comenzamos con la mezcla de África y España, los influjos de las tradiciones y diversidad caribeña, árabe, china y estadounidense, mediante su música y la llegada de numerosas personalidades. Ese mélange nos ha bañado a nosotros», afirmó Lizt.
Sumado a ello, la agrupación utiliza técnicas y estilos danzarios universales: ballet, danza moderna y contemporánea y movimientos corporales asumidos durante siglos por la humanidad y eso también favorece el contacto y conexión con los asistentes en más de 200 ciudades.
Espectadores de países como Estados Unidos, Canadá, Egipto, Qatar, Francia, Alemania y Nueva Zelanda advierten la intensidad de sus actuaciones, “un producto completo y bien pensado desde la coreografía, argumento, sonoridades, escenografía y diseño de vestuario”.
Para Alfonso, Cuba es el laboratorio de experimentación, identidad y espíritu, elementos presentes también en creaciones como: Fuerza y Compás, cuya apertura aconteció en el Teatro Mella de La Habana en 1999, y Amigas, sobre las vivencias de las integrantes de un famoso trío de cantantes.
La lista comprende, asimismo, Elementos, una presentación de gran formato a partir de la interrelación de los elementos tierra, fuego, agua y aire; Latido descrito como la sensación de la ausencia inesperada y la despedida abrupta, y Alas, un canto a la espiritualidad del ser humano.
«La inspiración parte de cualquier sitio: la naturaleza, el salón vacío, el cambio de las estaciones, una novela, poema o cuadro, incluso los momentos desagradables. Los creadores tenemos esa capacidad de transformar cualquier motivación en arte y compartirlo con el resto de la sociedad», reconoció.
En su sede actual en el casco histórico habanero, en la calle Compostela entre Luz y Acosta, los integrantes del conjunto impulsan intercambios culturales y académicos, montajes de coreografías, clases magistrales, talleres, cursos de verano y programas intensivos.
Según expresó Lizt Alfonso, más de mil estudiantes egresan de sus aulas en cada periodo académico, algunos son médicos, ingenieros o jefes de laboratorio, otros aún mantienen la defensa de esa manifestación, exportan la cultura cubana y contribuyen a su inserción en el patrimonio universal.
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