“Hay un consenso masivo en todos los estratos de la población, incluidos los más conservadores”, señaló uno de los responsables de la muestra, Francois Kraus, quien consideró que “existe una brecha cultural entre la sociedad francesa y la estadounidense en este tema, y los discursos provida no hacen mella en Francia”, dijo.
Tras la reciente decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de acabar con la garantía que durante 50 años permitió el derecho al aborto, el gobierno francés mostró su deseo de consagrar este derecho en la constitución francesa.
En la Asamblea Nacional tanto los diputados oficialistas como la coalición de izquierdas, principal grupo opositor, están de acuerdo con un proyecto de ley que incluya en el texto constitucional un blindaje del derecho al aborto.
Entre los ciudadanos, el 91 por ciento de los votantes de Yannick Jadot (ecologista), el 87 por ciento de los del presidente Emmanuel Macron y el 85 por ciento de los de Jean-Luc Mélenchon (izquierda), están a favor de incluir este derecho en la carta magna.
La misma idea también es mayoritaria incluso en las filas de la derecha y la extrema derecha, con un 80 por ciento de quienes votan a Marine Le Pen (ultraderechista), el 77 por ciento de Valérie Pécresse (conservadora) y el 59 por ciento del ultranacionalista Eric Zemmour.
La explicación, según Kraus, es que “el electorado de Marine Le Pen es joven y completamente libre de religión. Es ciertamente un electorado volcado en cuestiones de identidad y seguridad, pero no conservador en el sentido anglosajón”, observó.
A pesar de la contundencia de los datos, el estudio constató que los franceses no temen un escenario como el ocurrido en EE.UU., solo uno de cada tres encuestados consideró posible que el derecho al aborto sea cuestionado en un futuro próximo.
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