El siniestro comenzó la noche del jueves por causas aún desconocidas en la aldea de Bordezac, cuyos habitantes tuvieron que ser evacuados y un centenar de personas realojadas, según informó la prefectura.
A medianoche los bomberos informaron de “miles de hectáreas amenazadas” en una zona muy boscosa, con el fuego avivado por las condiciones meteorológicas extremas, ráfagas violentas de aire y árboles muy secos.
A primera hora de la mañana medios aéreos comenzaron a prestar servicio, así como unidades de bomberos de las provincias limítrofes para tratar de controlar un incendio que en muchas zonas continúa siendo inaccesible, aunque “avanza a un ritmo más lento y ya no amenaza a las viviendas, afortunadamente”, según informó el portavoz de los bomberos de Gard.
El subprefecto de Ales, Jean Rampon, expresó su temor ante el espectáculo de desolación que pueda dejar el incendio y que las llamas crucen el río Ceze, donde ya ardieron 10 mil hectáreas en 1985.
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