Un hito para las más de cuatro décadas de estas celebraciones y de su anfitriona, la Casa del Caribe, fue la visita el miércoles del Jefe de Estado, quien departió con una representación del colectivo.
También apreció la presentación de grupos portadores y prometió, en lo adelante, no perdérselas.
Tras el espectáculo artístico inaugural el domingo en el Teatro Heredia, se desplegaron numerosas presentaciones artísticas y encuentros académicos, con el Desfile de la Serpiente como apertura popular, con su recorrido por el centro histórico urbano con un estallido de ritmos y colores.
En esa ocasión, frente al parque Céspedes fue entregado el Premio Internacional Casa del Caribe al doctor Eduardo Martínez, director de BioCubaFarma, como reconocimiento a los científicos que crearon las vacunas contra la Covid-19.
En la víspera, el homenaje a la rebeldía esclava en el Monumento al Cimarrón, en el poblado de El Cobre, fue otra vez la reverencia a las primeras sublevaciones contra esas cadenas que tuvieron lugar precisamente en esos predios y se reflejan en el conjunto escultórico de Alberto Lescay.
Cavila es el nombre esta vez de la exposición que cada año, durante la Fiesta del Fuego, abre en la Casa del Caribe, el Premio Nacional de Artes Plásticas, un creador esencial de la cultura cubana y esencialmente, de la santiaguera.
La fiesta campesina El carnaval de Bartolo, el Gran gagá, festividad de origen haitiano, y la Oda a Yemayá, ritual mágico-religioso en la playa Juan González, completan una programación del evento dedicado a la poesía, el teatro, la música, las artes plásticas, la oralidad y los estudios literarios.
Al llegar mañana a su séptimo y último día, el Festival volverá con su Desfile del Fuego, desde el parque Céspedes hasta la Avenida de La Alameda para allí, en ese punto habitual junto al mar, darle candela al Diablo como conjuro contra los males y la adversidad.
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