El fin de semana, medios de prensa como Le Monde y Radio France comenzaron a publicar artículos sobre el consorcio con sede en Estados Unidos, que brinda servicios de transportación en grandes ciudades, y su manera de triunfar en suelo galo, cuando el mandatario era ministro de Economía y Finanzas del gobierno de François Hollande.
Desde entonces no han parado las informaciones, la polémica y el malestar en algunos sectores de la clase política francesa, a partir de la tesis de un presunto acuerdo entre Uber y Macron, derivado del análisis de más de 120 mil documentos de la plataforma fechados entre 2013 y 2017, a los que tuvo acceso el diario británico The Guardian.
La empresa es acusada de violar leyes nacionales, de crear conflictos, que en 2015 en Francia escalaron a disturbios y protestas en todo el país, y de utilizar prácticas agresivas para apoderarse de mercados, en medio de las denuncias de taxistas de que entonces cualquiera podía ser chofer de pasajeros y las críticas de no pocos usuarios.
Nada de esto es nuevo, y así y todo Uber fue conquistando una tras otra importantes plazas, solo que nadie imaginaba hasta ahora la puerta que le habría abierto Macron para imponerse en el primer mercado extranjero pretendido entonces.
En los medios circula la tesis de que el ministro ayudó a flexibilizar la ley Thévenoud para facilitarle la entrada, y a cambio le pidió al gigante de la movilidad dejar el servicio Uberpop, bajo ataque en aquella época y motivo de la cólera de los taxistas.
La polaridad imperante se hizo sentir de inmediato, al punto de manifestarse desde un sector de la oposición la necesidad de una investigación parlamentaria sobre lo sucedido, mientras que la Presidencia y pesos pesados del gobierno como el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, esgrimen la normalidad de los contactos entre un titular y empresarios.
En el período analizado, fueron al menos 17 esos contactos, siempre según los periodistas y los medios que estudiaron los documentos, hasta lograrse el acuerdo que trajo un reglamento más favorable para Uber, en particular en lo relacionado con la obtención de licencias por los choferes.
El expresidente Hollande aseguró que nunca estuvo al tanto del citado acuerdo.
La alianza de partidos de izquierda Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) lanzó la iniciativa de crear una comisión en la Asamblea Nacional para esclarecer el tema, una noticia nada agradable para el oficialismo, que perdió en las elecciones legislativas de junio la mayoría absoluta en el Hemiciclo. Para el secretario nacional del Partido Comunista y diputado, Fabien Roussel, Macron demostró “que escoge el mundo de los negocios en lugar de la protección de los franceses”.
Por su parte, el dirigente de Agrupación Nacional (extrema derecha) Jordan Bardella opinó que el jefe de Estado tiene un patrón de conducta claro: servir a los intereses privados, con frecuencia extranjeros, en detrimento de los nacionales.
La mesa está servida para un nuevo escenario de confrontación y el tiempo dirá cómo evoluciona, con las atenciones centradas ahora mismo en si la Asamblea investigará o no el caso.
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