“Si estamos en una buena situación, podemos permitirnos enviar gas para apoyar a nuestros vecinos alemanes. La cuestión es cuándo y en qué cantidades”, comunicó la fuente ministerial al diario, añadiendo que es “una cuestión de solidaridad”.
El pasado sábado la primera ministra, Elisabeth Borne, ya indicó durante la celebración del Foro Económico de Aix-en-Provence que Francia debería suministrar una pequeña parte de su gas a Alemania, para paliar los cortes de suministro del gas procedente de Rusia.
Como resultado del conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas por los países occidentales a Rusia, las entregas de Gazprom se vieron suspendidas a Polonia, Bulgaria y Finlandia y reducidas en un 40 por ciento a Francia, Alemania, Italia, Austria, la República Checa y Eslovaquia.
Además el 11 de julio también se detuvo por completo el funcionamiento del gasoducto Nord Stream 1, para una operación de mantenimiento largamente planificada, por lo que la situación para los países de la Unión Europea se encuentra en un punto muy comprometido.
Para el Ministerio de Transición Energética todo parece dirigirse hacia “una reconfiguración de los flujos de gas europeos en la que Francia y España se convierten en la puerta de entrada del gas, donde antes lo recibían”, señaló.
España cuenta con seis terminales para regasificar y almacenar el GNL transportado por mar, mientras que Francia cuenta con cuatro terminales terrestres y prepara la construcción de una quinta terminal flotante en el puerto de Le Havre.
El gobierno francés no ha comunicado qué volumen de gas podría enviarse a Alemania y posiblemente a otros países de Europa del Este, sin embargo esta cantidad debería ser relativamente limitada debido a las condiciones del transporte, del almacenaje y del ritmo de las importaciones, según señaló el diario.
Francia es menos dependiente del gas ruso que Alemania, y su nivel actual de almacenamiento llega al 65 por ciento, pero antes de la llegada del invierno el gobierno busca completar su capacidad de almacenamiento, más allá del 85 por ciento legal exigido a los proveedores para antes del 1 de noviembre.
Por su parte la Comisión Europea está preparando un plan de emergencia con normas específicas para la coordinación y la solidaridad entre los 27 Estados miembros, obligando a reducir los suministros locales para ayudar a los países en dificultades con los que esté conectado.
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