En declaraciones a la cadena Franceinfo, el funcionario consideró que el aumento de los precios requiere una solución monetaria, no presupuestaria, “es decir llevar los tipos de interés a condiciones más normales”.
Esa es nuestra responsabilidad y la del Banco Central Europeo, hacer lo necesario para bajar la inflación y asumimos el compromiso con los franceses, dijo.
Por primera vez en más de 35 años la tasa de inflación en suelo galo superó un cinco por ciento en mayo y junio, al comparar la variación interanual.
El mes pasado la tasa llegó a un 5,8 por ciento, por lo que el gobierno presentó un proyecto de ley con medidas para lidiar con la pérdida de poder adquisitivo de las personas, la mayor inquietud en el país y motivo de protestas de diversos sectores, como la salud y el transporte.
La situación es más preocupante en los territorios de ultramar, donde vive un 18 por ciento de los franceses sumidos en la extrema pobreza, pese a representar apenas un tres por ciento de la población total del país, de alrededor de 68 millones de seres humanos.
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