Desde el martes las llamas devoran árboles atizadas por la sequía, las altas temperaturas y los vientos en las localidades de Landiras y La Teste-de-Buch, donde al menos seis mil personas, incluyendo turistas, fueron evacuadas.
Según la Prefectura de Gironda, en Landiras suman dos mil 100 las hectáreas destruidas, mientras en La Teste-de-Buch mil 840, por fuegos que no han sido aún controlados, pese a los cientos de bomberos movilizados y el empleo de equipos y medios aéreos.
La víspera, el cuerpo de bomberos precisó que entre los movilizados y el refuerzo en camino, esperaba contar con un millar de efectivos desplegados en el terreno. De visita en la zona, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, declaró ayer que nueve de cada 10 incendios tienen origen humano, por lo que advirtió que los pirómanos pudieran enfrentar hasta 30 años de cárcel si se demuestra su responsabilidad.
Los incendios en Gironda no han provocado víctimas fatales ni grandes daños en la infraestructura, destacó.
En total los fuegos forestales han destruido este año más de 15 mil hectáreas de bosque en Francia.
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