Para el salvadoreño Oscar Antonio Pérez, coordinador regional de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), el intercambio con profesionales de la nación caribeña le permite un mayor conocimiento sobre la “fuente” de ese medio de comunicación.
El directivo de la entidad en esta zona geográfica, quien participa en la isla como invitado en un coloquio científico sobre los valores y retos actuales del escenario sonoro, señaló en exclusiva a Prensa Latina la riqueza de los contenidos radiofónicos, pese a la incidencia del bloqueo económico, comercial y financiero.
“La radio experimenta un proceso de reinvención cotidiana, así como lo hace el pueblo cubano. Traemos para compartir, en primer lugar, nuestro abrazo solidario, y, en segundo término, asegurarles que estamos muy atentos a las diferentes emisoras del país”, indicó el experto en esta capital.
De acuerdo con Pérez, Amarc involucra a más de mil 300 estaciones, desde México hasta la Patagonia, algunas de ellas vinculadas a los derechos y reivindicaciones de la mujer, las organizaciones campesinas, jóvenes y ambientalistas, con el objetivo común de servir como puente de comunicación.
Las plataformas asociadas difunden sus ideas, propuestas y protestas a partir del establecimiento de raíces con la comunidad, “la gente las siente suyas y eso les otorga vida eterna y la posibilidad de constituirse como voceras de los residentes en esos barrios”.
VOZ PARA “LOS NADIE”
El representante de la organización mundial resume el simbolismo de esos espacios como “darle voz a los nadie”, frase alusiva al poema Los nadie, escrito por Eduardo Galeano en 1940, y referido a aquellos que no hablan idiomas, sino dialectos; no hacen arte, sino artesanía y no practican cultura, sino folklore.
“Ellas expresan el sentir de las colectividades muchas veces enfrentado al discurso hegemónico. Por ello es muy significativo que los micrófonos estén siempre en las manos del pueblo, los dueños de la verdad. La radio se reivindica y renace todos los días”, expresó.
¿Cómo transitar del escenario analógico al digital?, la respuesta a esa interrogante, resulta para el experto una de las cuestiones imprescindibles en los debates contemporáneos, sumado a la complementariedad con las redes sociales y el impulso de las industrias culturales autóctonas.
A su juicio, las grandes cadenas, en la mayoría de los casos, marginan e invisibilizan esas prácticas, tradiciones y creatividad y, unido a ello, el área enfrenta la inexistencia de marcos jurídicos donde reconozcan a la radiodifusión comunitaria y en países como Guatemala criminalizan esas herramientas.
“La clave está en exigir a los estados la adopción de leyes que la protejan y la registren, asimismo, la continuidad de la capacitación e innovación y el escuchar y aprender de los representantes del entramado social. Si no garantizamos la conexión con los oyentes, perdemos la sostenibilidad económica”, apuntó.
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