El galeno recién egresado de la facultad de Medicina resumió sus principios humanos y solidarios, adquiridos en sus estudios en la isla, en la frase del apóstol de la independencia de Cuba José Martí en carta a su madre Leonor Pérez el 25 de marzo de 1895.
“Ya soy médico y voy a tratar de ayudar a mi país de la mejor manera que sea. La mortalidad infantil es muy alta allá y voy a contribuir a reducirla”, dijo el joven galeno oriundo de un país sin litoral, de África Occidental.
“Cuando llegué a La Habana, en el 2015, e ingresé en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), pedí permiso para ver el mar, al que solamente conocía por imágenes. Desde el malecón habanero me quedé maravillado viendo las olas y consideré que había arribado al país más hermoso del mundo”, recuerda.
Subrayó que Cuba tiene una gran reputación en la medicina.
“Cuando en Níger vi la oferta de estudiar en Cuba ni lo pensé. Y ahora puedo decir que me siento muy bien formado como profesional, y capaz de enfrentar cualquier tarea que me exija la medicina en mi nación”, destacó.
Reveló que le faltan palabras para describir todo lo que le sucedió en Cuba durante los siete años de estudios de idioma español y carrera de medicina.
“El cubano es muy amable, siempre quiere conversar, gente que me encontraban en una cola o en un parque y me invitan a su casa, me sentí muy protegido, estoy como en mi casa; y eso te ayuda mucho cuando no estás en tu país” aseveró.
“Cuba va a ser siempre mi segundo hogar, siempre la llevaré en mi corazón”, concluyó el médico nigerino.
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