El acusado fue encontrado culpable de preparar de un acto violento grave, según declaraciones del juez de la audiencia, Christoph Koller.
Los blancos del frustrado atacante eran políticos de primer nivel y personas de relieve público posicionadas en alguna medida en favor de los refugiados durante la crisis de 2015, según las investigaciones. Para ejecutar su acción el acusado asumió la identidad de emigrante sirio, solicitó asilo en el país y empezó a preparar el atentado, según la Fiscalía.
Resultó detenido en febrero de 2017 cuando se descubrió una pistola escondida en el aeropuerto de Viena, Austria, con sus huellas digitales.
Durante las pesquisas la policía se incautó cuatro armas de fuego, más de mil balas y unos 50 detonadores.
Entre sus objetivos se encontraban el entonces ministro de Justicia Heiko Maas, la vicepresidenta del parlamento Claudia Roth, y la activista Anetta Kahane, precursora de la fundación Amadeu Antonio contra el extremismo.
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