Si bien tras la mejoría de los indicadores experimentado durante los primeros meses del año fue posible que desde el pasado 31 de mayo se modificaran algunas normas como la eliminación del uso obligatorio de la mascarilla, el contexto sanitario dicta ahora la necesidad de reanudar su empleo en el transporte público y en las guarderías infantiles.
De acuerdo con declaraciones recientes del ministro de Salud, José Ángel Portal, aunque el escenario sea más favorable que hace un año atrás, no existe una justificación para bajar la guardia.
A partir del mes de febrero, dijo, comenzó a decrecer el número de contagios, y se redujo sostenidamente durante 11 semanas consecutivas, de manera que al cierre de junio la transmisión disminuyó en un 69, 3 por ciento con respecto a mayo.
Sin embargo, apuntó además, en las últimas semanas se incrementó ligeramente el promedio por lo que resulta indispensable elevar la percepción del riesgo en aras de evitar una nueva ola de contagios.
La vigilancia genómica del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí permitió establecer que la subvariante BA.2 de Ómicron ha sido la predominante, pero en las últimas semanas emerge la subvariante BA.5 en algunas provincias del país, ahondó.
Esta última, explicó, es capaz de enfermar a personas con infecciones previas por BA.1 u otras.
El gobierno, y el sistema nacional de salud, hicieron un esfuerzo incalculable para mantener el testeo sistemático en estos dos años de pandemia pese al bloqueo recrudecido de Estados Unidos contra la isla, manifestó.
No obstante el contexto adverso, remarcó, el país acumula más de 13 millones 991 mil muestras realizadas entre pruebas en pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (8 millones 200 mil 870) y los diferentes test, todas ellas muy costosas.
El ministro reconoció cómo el nivel inmunitario alcanzado por el país, tras una campaña de vacunación cuyos beneficios alcanzan a más del 90 por ciento de toda la ciudadanía, se logró que la ola de Ómicron en el mes de enero fuera 10 veces menor en Cuba frente al resto del mundo.
Aún así, se implementó el segundo refuerzo para los mayores de 50 años, y dentro de las medidas más recientes se estipula incluir también a los adultos mayores de 19.
Dentro de las edades más jóvenes, se comenzará también a inocular con la primera dosis adicional al esquema completo a los niños entre 2 y 11 años, pues ya los de 12 a 18 cuentan con un refuerzo.
La nación, enfatizó Portal, mantiene activos los 27 laboratorios de biología molecular del país y mantiene la vigilancia genómica del virus.
Agregó además el funcionario que los cambios del protocolo de actuación nacional para el enfrentamiento al SARS-CoV-2 priorizan a sectores vulnerables como los lactantes, las embarazadas, y personas con comorbilidades.
Hoy, agregó, muchas personas que cursan a cuadros graves no es a consecuencia de la Covid-19 sino debido a otras enfermedades respiratorias que normalmente circulan como la influenza, cuarta causa de muerte en Cuba junto a la neumonía, y también otros virus como el sincitial respiratorio.
Insistió en la importancia de la autorresponsabilidad y el autocuidado de la salud, y recomendó a las personas vulnerables seguir usando la mascarilla como medida de protección.
El seguimiento exhaustivo de la situación sanitaria por parte de las autoridades gubernamentales demostró la necesidad de ajustar las estrategias en correspondencia al contexto durante los momentos más duros de la pandemia, y esta misma política de trabajo dicta ahora la necesidad de reanudar el uso obligatorio de la mascarilla.
Esa ocupación no es sino la garantía del bienestar futuro.
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