De acuerdo con la investigadora, preservar el legado del intérprete es y será, sin dudas, un gigante desafío para la nueva generación de creadores a quienes corresponde velar porque se le recuerde siempre por la estela de amor y buena música que dejó su existencia.
Aún nos cuesta asimilar la noticia, duele profundamente su pérdida, sentenció González, y evocó la humildad y gentileza con la cual Pedroso la recibió cuando era una estudiante del Instituto Superior de Arte que aspiraba a graduarse de musicología estudiando a los Van Van.
Nunca pude agradecerle lo suficiente por todo lo que hizo por mí y estoy segura que muchos nos descubrimos a ratos rememorando cada momento importante de nuestra vida junto a él, quien nos hizo sentir valorados como profesionales y queridos como seres humanos, declaró la especialista.
En el Teatro Nacional de Cuba, la estudiosa evocó el recorrido del líder de Los que Son Son por la historia musical de la isla y su ineludible y singular talento que le permitió captar con precisión la realidad de su gente y regalarle incontables anécdotas transfiguradas en canciones.
Pedroso fue dueño de un peculiar estilo en la manera de realizar los “tumbaos” en el piano que fue esencial en la sedimentación del songo desde 1969 y, a la vez, una escuela para las generaciones de pianistas de la Timba y quienes llegaron después, agregó.
González subrayó también la voluntad y disposición del Premio Nacional de Música 2013 de estar y aprender en cada proyecto, sin importar si la propuesta estaba cerca o lejos de sus códigos, como fue la grabación del tema “Pa que se sienta” junto a 15 jóvenes raperos y el tresero Pancho Amat.
Asistimos a una era desprovista de grandes colosos. Eterna luz al maestro del piano y sandunguero de Pogolotti, concluyó la musicóloga y depositó una flor en señal de cariño y respeto frente a los restos del arreglista, fallecido el pasado día 17 a los 75 años.
Tras el deceso varias instituciones y personalidades del arte y la cultura cubanas manifestaron sus condolencias y enaltecieron las contribuciones de Pupy al nacimiento del ritmo songo y su firma en temas icónicos que le valieron, entre otros galardones, un Premio Grammy 2000 por el álbum Llegó Van Van.
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