De acuerdo con Peter Ricketts, miembro de la Cámara de los Lores y exembajador en Francia, las largas filas de vehículos reportadas este fin de semana en la terminal de ferries y el Eurotunnel son el resultado inevitable de la salida del país de la Unión Europea en 2020.
La falta de personal francés en los puestos fronterizos es un problema táctico a corto plazo, pero la realidad es que está fue la primera vez que la frontera experimenta tanta presión desde el Brexit, comentó el legislador, citado por el Observer, la versión dominical del diario The Guardian.
En opinión de Ricketts, aun con todos los puntos de control franceses operando a plena capacidad, se producirían atascos, porque el puerto de Dover, dijo, no está preparado para enfrentar el volumen de trámites burocráticos que tienen que cumplir ahora los británicos para cruzar al continente.
Los controles fronterizos adicionales posteriores al Brexit y la falta de personal francés en las cabinas de inmigración hicieron que se formaran largas colas de vehículos desde el pasado viernes a la entrada de esa ciudad del sur de Inglaterra.
Según testimonios recogidos por la prensa británica, hubo casos en que los viajeros tuvieron que esperar hasta seis horas en sus vehículos antes de poder tomar los ferries o el tren con destino a la costa norte de Francia.
Las autoridades portuarias británicas, que culparon a los franceses por la demora, afirmaron este domingo que tras procesar a más de 72 mil viajeros en las últimas 48 horas, el tráfico ya fluye con normalidad.
Del lado francés, el diputado por Calais Pierre-Henri Dumont declaró a la cadena Sky News que el caos vivido este fin de semana es consecuencia del Brexit, y al igual que lord Ricketts, también consideró que el puerto de Dover carece de espacio suficiente.
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