En la celebración del Día de la Rebeldía Nacional en la embajada de Cuba, encabezada por la jefa de esa legación diplomática, Lydia Margarita González, varios oradores destacaron el coraje de aquellos jóvenes liderados por Fidel Castro, cuya acción años después derivó en la revolución triunfante de 1959.
El consejero político Norberto Escalona, en palabras centrales, recordó que aquel 26 de julio de 1953 convirtió a la isla rebelde del Caribe en un faro de luz que desafía cada obstáculo, para demostrar que un mundo mejor, más justo, equitativo y humano es posible.
También señaló que los enemigos de ese proyecto, el poder imperial, no perdonan al pueblo cubano que enarbole un modelo de profundo arraigo social.
Escalona dijo además que como en el Moncada, ahora se consolida la defensa de los principios y las conquistas de todos estos años, al tiempo que demandó paz para su país y el cese del bloqueo de Estados Unidos, impuesto hace más de seis décadas.
Por su parte, el presidente de la Asociación Martiana de Cubanos Residentes en Panamá, Humberto Pérez, significó que al rendir honores a los mártires y héroes de aquella epopeya, corresponde robustecer con actos el apoyo al proyecto social de la nación caribeña que los vio nacer.
A nombre de la Coordinadora Nacional de Solidaridad con Cuba en Panamá, Lilian Ruiz y Javier Medina, subrayaron el amor de los panameños por la isla y su revolución y la voluntad de protagonizar nuevas acciones hasta la eliminación del criminal cerco económico, comercial y financiero de Washington, hostil política destinada al fracaso.
De igual manera alabaron que el ejemplo de resistencia de Cuba es referente para las luchas actuales en el istmo contra la desigualdad, la pobreza y por mayor justicia social.
En la velada, a la que también asistió el embajador de Nicaragua, Marvin Ortega, los participantes celebraron con ritmos cubanos y panameños, para ratificar además, según explicaron, la trascendencia de la histórica frase de “Siempre es 26”.
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