“Aquel día marcó el despertar definitivo de la conciencia nacional”, señaló durante la conmemoración en esta capital del Día de la Rebeldía en la nación caribeña, que evoca a los asaltantes a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Los jóvenes, dirigidos por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, encararon al gobierno del golpista Fulgencio Batista, convencidos de que era imposible restablecer el orden constitucional mediante elecciones u otras vías legislativas, comentó.
Tuvieron la convicción, dijo, de que debían tomar el poder por las armas y, aunque Batista ordenó realizar una carnicería luego de la fallida acción militar, iniciaron una lucha armada que no concluyó hasta el triunfo de los rebeldes el 1 de enero de 1959.
Muchos pensaron que era imposible derrotar a las fuerzas gobernantes, pero luego llegaron gestas como el desembarco del Granma y la lucha en la Sierra Maestra para confirmar que, aquel el 26 de julio, Cuba dio un paso decisivo, subrayó.
Pese a las muertes de revolucionarios durante los ataques y los asesinatos posteriores, manifestó, el 26 de julio es una fecha alegre porque fue la declaración de que Cuba no quería vivir bajo una dictadura y había muchos cubanos dispuestos a defender a la nación.
Miembros de la misión diplomática, médicos, colaboradores y residentes aquí, junto a profesionales etíopes graduados en Cuba, participaron en la conmemoración.
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