En su cuenta de Twitter reconoció la valentía y el ejemplo de «quienes pusieron en alto el nombre de la mujer cubana» durante los asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953, acciones comandadas por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Melva y Haydeé fungieron como enfermeras durante aquellos sucesos.
La madrugada del día 26 salieron de la granjita Siboney, acompañadas por el doctor Mario Muñoz Monroy y una veintena de jóvenes bajo el mando de Abel Santamaría, segundo jefe del Movimiento, para ocupar el Hospital Civil Saturnino Lora, relató la periodista Marta Rojas, testigo de los acontecimientos.
Ambas mujeres fueron de absoluta confianza para Fidel quien, desde la cárcel de Isla de Pinos, les dio la misión de que publicaran su alegato de autodefensa, conocido como La Historia me absolverá.
Con ese fin, Haydeé y Melba imprimieron clandestinamente en una pequeña imprenta de la calle Lombillo, en la capital cubana, 10 mil ejemplares que se distribuyeron en todo el país, con el concurso de un grupo mínimo de jóvenes.
Sobre la labor de ellas, Fidel refirió en su juicio: “Nunca fue puesto en un lugar tan alto de heroísmo y dignidad el nombre de la mujer cubana”.
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