La pieza concebida con la técnica de vaciado en yeso inmortaliza el rostro del Premio Nacional de Música 2003 para contemplación de las posteriores generaciones y forma parte de la institución que atesora otras réplicas en honor a varios creadores como Hubert de Blanck, Joaquín Nin y Sindo Garay.
La presidenta del Instituto Cubano de la Música, Indira Fajardo, afirmó que se trata de un merecido tributo a la familia, seguidores y amigos de Formell, a quien catalogó de «gran representante de la cultura y la nación».
El jefe del Departamento de Museología, Osmany Ibarra, hizo pública las características del objeto presentado de manera transitoria en la Sala de los Bailes Populares del inmueble que, actualmente, se encuentra en proceso de restauración.
Tuve la suerte de trabajar a su lado y compartir tanta belleza profesional, plasmo su música donde quiera que me encuentre porque es una gloria de este país y merece la pena recordarlo siempre, afirmó el exvocalista del llamado Tren de Cuba, Pedrito Calvo.
Más de ocho años después de su adiós, Formell pervive en las composiciones que reverencian voces emblemáticas como Beatriz Márquez, quien por primera vez interpretó sin su autor, Ese amor que se muere, uno de los temas antológicos del prolífico compositor cubano.
Anda ven y muévete, Tal vez o Marilú marcaron el final sonoro para el homenaje al padre de la tumba y el songo, el cubano siempre sonriente y cronista social desde la música que fue Juan Formell, recordado por su excelencia instrumental.
La mascarilla fue realizada por el doctor, Alfredo Álvarez, especialista de prótesis del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, quien además trabajó en la conformación de la réplica mortuoria de la prima ballerina assoluta, Alicia Alonso.
A la develación asistió el Ministro de Cultura, Alpidio Alonso, junto a artistas, familiares y estudiosos de la obra legada por el padre de género como la timba o el songo, los cuales identifican a la isla caribeña en los mayores escenarios a nivel internacional.
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