Las actividades contemplan presentaciones de teatro callejero y de libros, exposiciones de artes plásticas y fotografías, intercambios con figuras relevantes del séptimo arte cubano y conciertos de música en calles, plazas, parques e instituciones culturales de la localidad.
Particularidad que el reconocido realizador cubano Fernando Pérez destacó a Prensa Latina y catalogó como la magia de este festival, en el que se traspasan los límites del celuloide, se promueven valores de la comunicación cultural y se evidencia la necesidad que tiene el ser humano de interactuar a través del arte, en sus diversas formas de expresión.
Muestra de ello son las puestas en escena de Teatro El Portazo, de la compañía Codanza, del Guiñol de Holguín y del proyecto infantil Corazón Feliz en comunidades de Gibara.
El análisis crítico tiene su espacio en los foros teóricos relacionados con los retos del cine contemporáneo, el rol del actor y sobre la curaduría y programación en festivales alternativos.
Precisamente, sobre la necesidad de recuperar las salas de cine en el país, Ramón Samada, director del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, explicó las proyecciones de convertir esos espacios en centros culturales polivalentes, en los cuales el séptimo arte pueda convivir con otras manifestaciones artísticas.
Para hoy está prevista la presentación de la obra teatral Farándula de Jazz Vilá y en el cine Jibá se proyectarán los documentales Semillas, el legado de la tierra y One Earth, todo está conectado, así como el corto Karla y el largometraje La Espuma de los Días.
En la Edición 16 del Festival de Gibara están en concurso nueve películas de reciente factura, 17 documentales (entre cortos y largos), 11 cortometrajes de ficción y siete de animación, de Francia, Argelia, Canadá, México, España, Noruega y Cuba, entre otras naciones.
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