Es que el activista europeo, fundador y presidente desde el 2014 de la Agencia para el Intercambio Cultural y Económico con Cuba (AICEC), seduce con su vehemencia y sinceridad al hablar de los múltiples proyectos que ha impulsado en bien de los cubanos en las más disímiles esferas.
El diálogo con Prensa Latina fue breve y en medio de la presentación en esta ciudad de BioCubaCafé, en coordinación con el Grupo Agroforestal (GAF) del Ministerio de la Agricultura, uno de sus más recientes sueños que se abre paso en el mundo a partir del cultivo agroecológico del grano.
Con la cooperación de la compañía italiana Lavazza, especializada en la torrefacción cafetalera, han logrado consolidar ese proyecto, que ya logró su certificación orgánica internacional como uno de los pasos vitales para su desarrollo.
Es copiosa la lista de empeños de Curto con los cubanos, desde ejemplos como el anterior hasta el envío de donativos en los minutos más crudos de la Covid-19, el apoyo a los médicos de las brigadas Henry Reeve en la nación europea y el respaldo a la iniciativa juvenil De Corazón.
Explicó que cuando conoció de esa cruzada para acopiar y distribuir desinteresadamente medicamentos por toda Cuba, atendiendo a las necesidades y aportes de muchas personas, se sumó de inmediato por la nobleza y el altruismo en medio de severas carencias de esos renglones.
La mano y el talento del activista solidario están presentes también en un festival cultural como Chocolate con café, que organiza en la ciudad oriental de Guantánamo el cantautor Waldo Mendoza e indica la ubicuidad de su apoyo por toda la geografía nacional.
Esa vocación territorial lo ha traído en varias ocasiones a esta urbe, donde hace pocos días el gobierno provincial le otorgó un reconocimiento en gratitud a tanta nobleza.
Las clave para la entrega y el desprendimiento de Michelle Curto están en su historia de vida, marcada por sus días como dirigente estudiantil y parlamentario, de los cuales recordó su postura opuesta, finalmente exitosa, a que fuera condecorada una connotada contrarrevolucionaria de origen cubano.
Esas convicciones progresistas y de izquierda lo llevaron a descubrir en la Revolución cubana esas fortalezas que convierten a un pequeño país, sin apenas recursos naturales, en una potencia moral que brinda ayuda a los más necesitados en el mundo y apuesta por conquistar la mayor justicia posible.
El afirmó que en Italia, como nación europea desarrollada, donde parece que lo tienen todo, escasean esos valores humanos y esa satisfacción espiritual que se parece al horizonte de la felicidad.
Una buena parte de esas convicciones, apuntó, las ha encontrado en sus contactos con campesinos y trabajadores agrícolas, gente apegada a la tierra que sacan de ella afectos y sinceridad, al igual que lo ha experimentado con médicos y otro personal de la salud.
Particular retroalimentación encuentra, sobre todo, en los jóvenes y en especial los estudiantes universitarios.
Al compartir vivencias, no puede sustraerse de los múltiples inconvenientes enfrentados en sus gestiones económicas por los obstáculos impuestos por el bloqueo genocida del gobierno de Estados Unidos, que no aflojó siquiera en las peores jornadas vividas durante la pandemia.
Un interesante capítulo de su existencia es el del trabajo realizado con la agencia italiana contra la mafia, propietaria allí de grandes extensiones de tierra, que lo acercó a la criminalidad transnacional organizada y a sus nexos con la economía capitalista mundial.
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