Prensa Latina presenta cinco claves del que ya es calificado como el desastre tecnológico de origen natural más significativo en la historia del país.
1- El lugar
La ubicación geográfica, su infraestructura y las características naturales de la bahía de Matanzas convierten a la terminal de supertanquero en una zona estratégica para la logística de combustibles en Cuba.
El sitio se ubica en la zona industrial de la occidental ciudad cubana, cercana a la termoeléctrica Antonio Guiteras, la más grande del país, y otros emplazamientos tecnológicos, entre ellos grupos electrógenos y otras áreas para el almacenamiento de combustibles y gases industriales.
La terminal es clave para la distribución de combustible de producción nacional -del cual Matanzas es un importante productor- y de importación, hacia plantas generadoras de electricidad, la red de gasolineras del país y otros destinos.
2- Las causas
Cerca de las 19:00, hora local, del viernes 5 de agosto un rayo impactó el tanque número 52 de la base de supertanqueros de Matanzas provocando un incendio de grandes proporciones. La ocurrencia de este fenómeno durante las habituales tempestades no es una casualidad en esta época del año.
Cuba es uno de los países más afectados por las tormentas eléctricas, según estadísticas del Instituto de Geofísica y Astronomía entre los años 1973-2013.
Esta es la primera causa de muerte en el país por fenómenos naturales y los meses más propensos a la ocurrencia de las tormentas eléctricas son de julio a septiembre, cuando es mayor la ocurrencia de procesos convectivos que se producen por el gran calentamiento del aire en contacto con la superficie terrestre.
3- La estrategia
Durante los primeros momentos del desastre, las fuerzas del cuerpo de bomberos de Cuba y las unidades de rescatistas se concentraron en extinguir las llamas del primer tanque siniestrado; sin embargo, una explosión y la expansión de las llamas en el lugar provocaría un cambio.
El estallido de un segundo reservorio de combustible el sábado y la expansión de crudo ardiendo en zonas aledañas a la terminal de supertanqueros obligaría al repliegue de las fuerzas especializadas y el empleo de medios aéreos para evitar la propagación de las llamas a otros tanques cercanos.
Esta práctica ralentizó el calentamiento en un tercer reservorio, lo que combinado a la extinción de las llamas en el primer tanque siniestrado apuntaba al control del accidente, no obstante, en la madrugada del lunes se produjo la explosión de un tercer tanque que reavivaría el fuego.
A partir de ese momento la estrategia se concentró en bajar las temperaturas, abrir trochas para la entrada de equipos que permitieran irrigar espuma sobre las llamas y detener la expansión del combustible incendiado que devoraba la vegetación del lugar.
El empleo de medios aéreos y la instalación de bombas de mayor capacidad no fueron suficientes y en la tarde de este lunes se produjo una nueva explosión y las llamas afectaron un cuarto tanque que se encontraba vacío. A pesar del incendio no presentaba daños en su estructura.
Autoridades del cuerpo de bomberos explicaron que las altas temperaturas, el comportamiento del viento, la intensidad del humo y las continuas explosiones impedían una actuación más rápida en la sofocación del siniestro y obligaban constantemente a cambiar de estrategia.
4- Impacto
La contaminación atmosférica del humo generado por la combustión por más de 72 horas de un crudo rico en azufre constituye el principal peligro para la salud y el medio ambiente.
Expertos cubanos evalúan la calidad del aire y las precipitaciones en Matanzas y localidades del norte del occidente cubano, entre ellos La Habana, una ciudad con más de dos millones de habitantes. Hasta el momento no se reportaba un aumento de la incidencia de enfermedades respiratorias en estos lugares.
El Ministerio de Salud Pública reportó este lunes 103 altas médicas y 22 personas hospitalizadas, de ellas cinco están en estado crítico, dos de gravedad y 15 de cuidado. Permanecen desaparecidas 14 víctimas y una falleció.
Desde el punto de vista económico, más allá de la pérdida del combustible sobresalen la suspensión de operaciones del puerto de Matanzas y la paralización de la termoeléctrica Antonio Guiteras, la más grande de Cuba, que atraviesa ahora momentos de grandes déficits en la generación de energía.
5- Solidaridad
A pocas horas de la ocurrencia del incidente, el gobierno cubano solicitó ayuda internacional. La isla recibió hasta este lunes 22 donativos, fundamentalmente de insumos médicos, equipo para enfrentar el incendio y alimentos. La mayoría de estos se destinaron a las personas que fueron víctimas del siniestro o lo enfrentaban.
El aeropuerto internacional Juan Gualberto Gómez, de Varadero, había recibido 14 vuelos, la mayoría procedentes de México y Venezuela, que envió además brigadas especializadas en el enfrentamiento a este tipo de desastres.
Varios países, instituciones, organismos del sistema de Naciones Unidas y movimientos de solidaridad han hecho llegar mensajes de apoyo y la disposición de cooperar a partir de las necesidades de la nación caribeña.
Con el envío de equipos y recursos humanos, donaciones de sangre y apoyo emotivo otros territorios del país mostraron su solidaridad con la zona afectada. El presidente Miguel Díaz-Canel dijo que Cuba es Matanzas.
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