Me encontraba en el comando número uno de Bomberos de Matanzas cuando recibí la llamada de alerta por la situación, salimos y al llegar a la zona afectada decido tomar acciones de despliegue en el terreno, comentó Sarmiento.
Tras la llegada de los comandos de apoyo se planificaron los grupos de acción, comenzamos a arrojar agua al tanque colindante, mientras el que estaba en combustión lo enfriábamos para bajar temperatura y evitar reventase, rememoró.
Antes de la primera gran explosión, Sarmiento se encontraba en acción entre los dos tanques y un muro de contención.
Mientras cambiaban una pipa vacía por otra con agua, sintió un destello muy fuerte por lo que cruzó rápido el muro, atrás la llama del incendio se tornaba blanca con una temperatura superior a los 1700 grados.
Al concluir el destello, agregó, me incorporé de nuevo a ejecutar las mismas acciones y tras un rato más de labor ocurre otra explosión, mucho más fuerte, a escasos metros míos. Fue cuando nos gritaron que corriéramos, mis compañeros y yo, pero me enredé con una manguera y caí sobre el piso.
Ese momento resulta el más difícil de mi vida, recordó.
Afortunadamente, añadió, en medio de tanta incertidumbre me agarré desde el suelo de una manguera de uno de los camiones que iniciaba movimiento y esta me llevó hacia los límites del fuego hasta que pude subir por la escalera del vehículo con ayuda del chófer, expresó con lágrimas en los ojos.
El bombero con 14 años de servicio apuntó que en fracciones de tiempo lo trasladaban hacia una ambulancia situada en las inmediaciones, pero al llegar a ella vio al oficial superior al mando del Comando y le dijo que se encontraba bien, tras lo cual se reincorporó a las acciones de extinción.
La madrugada del sábado 6 de agosto pareció que los minutos no transcurrían, pese a tantas horas de labor, afirma ahora al repasar las duras y fuertes imágenes que recuerda.
Al salir de la zona por mi mente pasaron muchas cosas, dejé de ver a compañeros a mi lado como Elier Correa, perdí el celular y no tenía manera de comunicarme con la familia, pero nada se compara con los difíciles instantes cerca del incendio, aseguró este bombero, oriundo de la oriental provincia cubana de Holguín.
Con lágrimas en los ojos, pero dispuesto a reincorporarse a las labores, Yusney Sarmiento contó la historia de un hombre en medio del que ya es considerado por diversos especialistas como el mayor incendio ocurrido en Cuba, que paraliza a la nación desde la tarde del viernes último.
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