La penalidad fue acordada con la Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC) por mentir a los consumidores sobre la recolección de datos personales de localización entre enero de 2017 y diciembre de 2018.
Los delitos se centran en dos configuraciones: historial de localización y actividad de Internet y las aplicaciones.
La ACCC argumentó que Google engañó a alrededor de 1,3 millones de usuarios al no explicar adecuadamente que estas configuraciones debían ser apagadas manualmente si los consumidores no desean que la empresa tecnológica recolecte, mantenga y use la información sobre su localización.
Asimismo, no informó a sus clientes que al acceder a la “actividad de Internet y las aplicaciones”, Google iba a seguir recolectando sus datos a través de los aparatos que utilizan el sistema Android.
“Este fallo envía un fuerte mensaje a las plataformas digitales y otras empresas, grandes y pequeñas, de que no deben engañar a los consumidores sobre cómo se recogen y utilizan sus datos”, alegó Gina Cass-Gottlieb, presidenta de la ACCC.
Mientras, el juez Thomas Thawley, del Tribunal Federal, precisó que “no es aceptable que los consumidores estén expuestos a ser engañados en este tipo de cuestiones, incluso por una conducta que no es deliberada”.
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