El reconocido documentalista fue de los periodistas más cercanos al trabajo del Comandante en Jefe a partir de 1984, y en su cámara quedaron plasmados momentos imprescindibles de sus recorridos por el país y el mundo.
Sobre sus experiencias en el terreno, acotó que siempre tuvo una comunicación con Fidel, a tal punto que con sólo mirarse durante el trabajo se entendían.
En declaraciones a Prensa Latina, precisó que filmó a Fidel de dos maneras diferentes.
Una de ellas reflejaba al líder cuando se paraba en el podio a hablarle al pueblo de Cuba o de cualquier nación. En esos momentos, Chile lo captaba «como el hombre inmenso que es».
La otra manera era cuando Fidel se reunía con campesinos, hombres, mujeres, niños, ancianos, estudiantes, obreros, intelectuales, y en esos momentos lo filmaba siguiendo sus emociones, su gestualidad de hombre de pueblo.
«El líder de la epopeya de una revolución y el hombre de a ras de tierra», resumió el realizador y Premio Nacional de Periodismo, José Martí.
Resaltó que el líder cubano vive entre la gente que en los instantes más difíciles de Cuba se dicen: «Ojalá tuviéramos a Fidel».
Chile aseguró que el gran estratega de la Revolución cubana está aún en todas partes. «Y eso da aliento en los momentos en los que a cualquiera se le aprieta el pecho, porque la memoria de Fidel te empuja hacia adelante».
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