La cooperación y la coordinación entre Damasco y La Habana durante casi seis décadas de vínculos rebasan las distancias geográficas, las dos naciones han compartido posiciones comunes en la arena internacional tanto en escenarios regionales como multilaterales, en apoyo a sus justas causas y a las de los demás pueblos del mundo que luchan por su autodeterminación y la preservación de su soberanía.
En todos los organismos internacionales, Siria siempre ha mantenido una postura firme de condena al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos contra la isla, y ha votado sin vacilación ninguna a favor de los proyectos de resolución presentados por Cuba.
De igual manera, La Habana ha condenado la ocupación israelí del Golán y ha mantenido un apoyo invariable sobre el retorno de este territorio a Siria, así como tampoco ha escatimado esfuerzos para apoyar a Siria durante la guerra terrorista impuesta que enfrenta esta nación del levante desde 2011.
A pesar de estar sometidas ambas naciones a un bloqueo asfixiante, sobran las muestras de solidaridad mutua, pues Siria envió a Cuba buques con petróleo durante el llamado Periodo Especial a principios de los años 90, mientras lotes medicamentos y vacunas cubanas llegaron a Siria.
Entre los años 2016 y 2019, Siria recibió toneladas de medicamentos cubanos contra el cáncer y vacunas contra la difteria, el tétano, la influenza y la hepatitis B, en momentos en que los países occidentales imponen un férreo bloqueo que impide la llegada de suministros médicos a Siria.
Otra muestra del apoyo multilateral, cooperación y solidaridad, fue el envío por parte de La Habana de una donación de 240.000 dosis de las vacunas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, tres fármacos de producción nacional contra el nuevo coronavirus.
De las universidades cubanas, se han graduado cientos de profesionales sirios en las especialidades de medicina, ingeniería civil, arquitectura, informática, entre otras, y hoy en día, aportan sus conocimientos al desarrollo, la preparación de nuevos profesionales y la resistencia de su nación.
El pueblo sirio tampoco olvida que en sus tierras estuvo una brigada de tanquistas cubanos en una misión internacionalista en 1974 para apoyar al ejército sirio a preservar la integridad del territorio y la independencia frente a la invasión del ejército israelí.
Igualmente, un contingente médico cubano integrado por especialistas de ortopedia y rehabilitación, trabajaron arduamente en Damasco en la atención a los heridos de la guerra de liberación de octubre de 1973. La amistad se consolidó en 1979, con la visita a La Habana del expresidente sirio Hafez al-Assad, en ocasión de la celebración de la VI Cumbre del Movimiento de países No Alineados, y la visita del líder de la Revolución Cubana Fidel Castro a Siria en 2001.
Se destaca también, la visita en 2010 del actual presidente Bashar al-Assad como una reafirmación de las relaciones de alianza entre ambos países.
Los líderes Fidel Castro y Hafez al-Assad asentaron las bases y cimientos de estas relaciones, la cuales fueron continuadas y fortalecidas con los actuales presidentes Miguel Díaz Canel y Bashar Al-Assad, dijo a Prensa Latina, Mohamed Jerry, jefe del Grupo de Amistad Siria-Cuba en el Parlamento sirio.
Compartimos una lucha común por el bien de los dos países contra la prepotencia estadounidense y la maquinaria criminal de guerra israelí, dijo el diputado.
En semejantes declaraciones a Prensa Latina, el Embajador de Cuba en Damasco, Miguel Porto Parga, destacó la voluntad de impulsar los nexos a pesar de los crecientes desafíos y presiones que enfrentan a Siria y Cuba en la actualidad.
Sobran razones, espíritu de lucha y resistencia, así como voluntad mutua de mantener las posturas tradicionales de unidad, solidaridad y cooperación para enfrentar y vencer las campañas hostiles en cualquier escenario”, señaló el diplomático.
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