La organización quedó constituida el 16 de agosto de 1925 y es considerada sucesora del Partido Revolucionario Cubano (PRC), creado por José Martí, y antecedente del actual Partido Comunista de Cuba.
Ejemplo de la conjunción de ideales que dieron lugar al surgimiento de la primera agrupación marxista de la nación caribeña fue que en su constitución participaron, junto a otros, el fundador del PRC y combatiente socialista Carlos Baliño, y el líder estudiantil Julio Antonio Mella.
Ello marcó la vocación profundamente independentista y antiimperialista de ese Partido, que tenía entre sus objetivos afiliarse a la Tercera Internacional, inspirada por Vladimir Ilich Lenin en 1919.
Desde su creación, la organización comunista afrontó una feroz represión, por lo que pasó a la clandestinidad apenas 15 días después de fundada y hasta 1938.
Una año después de la vuelta a la legalidad adoptó el nombre de Unión Revolucionaria Comunista, y en 1944 el de Partido Socialista Popular (PSP).
Su accionar estuvo siempre ligado a los intereses de la clase obrera y en particular a la Confederación de Trabajadores de Cuba.
Pese a la persecución constante, las arduas batallas de sus miembros fueron determinantes en el enfrentamiento a regímenes burgueses y dictatoriales, y en la promulgación de las leyes complementarias que posibilitaran las disposiciones progresistas incluidas en la Constitución de 1940.
En los años de la tiranía de Fulgencio Batista (1952-1959) tuvieron que retornar a la clandestinidad, y en la lucha insurreccional muchos de sus militantes perdieron la vida.
Luego del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, el proceso de unidad liderado por Fidel Castro propició la fusión, en 1961, de las agrupaciones políticas de izquierda con el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario, en las Organizaciones Revolucionarias Integradas.
Esto sirvió de antecedente para constituir el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, que a partir de 1965 adoptó el nombre de Partido Comunista de Cuba.
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