Si bien no es un tema nuevo, el secretario nacional del partido Europa Ecología Los Verdes (EELV), Julien Bayou, puso el fin de semana el dedo en la llaga, al anunciar su intención de presentar un proyecto de ley para prohibir los aviones privados, con el argumento de frenar la contaminación que generan.
Cómo pedirle un esfuerzo a la población, cómo imaginar una transición ecológica justa, si los más ricos son exonerados de todo, dijo el diputado al diario Libération, al abundar en su idea de promover en la Asamblea Nacional el texto.
De acuerdo con Bayou, parlamentarios del bloque de izquierda Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes), a la que pertenece EELV, e incluso algunos de los aliados del oficialismo, estarían dispuestos a acompañar la propuesta, que entraría en el Hemiciclo en el otoño.
La víspera, el ecologista volvió a la carga en la cadena Franceinfo, al advertir que un jet privado “contamina 10 veces más que un avión comercial”, por lo cual es “tiempo de prohibirlos”.
El escenario vivido durante este verano en suelo galo es propicio para promover iniciativas que ayuden a atenuar el impacto del cambio climático, tras el azote en julio y agosto de una sequía sin precedentes, varias olas de calor y tormentas como la que golpeó a la isla de Córcega hace unos días, atribuida al calentamiento del mar Mediterráneo.
Bayou calificó de capricho el uso de aeronaves particulares, que multiplican sus desplazamientos cuando todos sufren episodios caniculares por el exceso de Dióxido de Carbono en la atmósfera.
Por qué no hacer esos viajes en tren o en avión comercial, preguntó, una demanda que encontró un rápido eco.
Para el codirector del Laboratorio sobre Desigualdades de la Escuela de Economía de París, Lucas Chancel, los franceses están en una desproporción total que es urgente resolver.
“Una sola hora de vuelo de un jet privado emite tanto carbono como un francés en su automóvil durante todo un año», alertó hoy en los propios micrófonos de Franceinfo.
Chancel coincidió con el criterio esgrimido por el ecologista de que se trata de una cuestión de justicia reclamar el mismo esfuerzo en la sociedad.
EL GOBIERNO REACCIONA
El presidente Emmanuel Macron comenzó en mayo su segundo quinquenio de gestión con la promesa de privilegiar la transición ecológica, después de que sectores de la sociedad, entre ellos los movimientos ambientalistas, desaprobarán su labor en este campo en los primeros cinco años.
En una entrevista publicada el sábado por Le Parisien, el ministro de Transporte, Clément Beaune, manifestó que el ejecutivo reflexiona en torno al asunto de la regulación de los vuelos privados.
Sin embargo, allegados del titular explicaron que de momento solo se trata de reflexionar, sin la intención de prohibir los jets particulares, que en Francia representan un lucrativo negocio.
Según Beaune, su visión es que pudiera regularse la actividad, en aras de evitar excesos que ocurren en la práctica.
Existen razones de urgencia e imperativos económicos para utilizar los jets privados, pero estos no pueden ser una formar de desplazamiento individual de confort, afirmó.
Al respecto, aseveró que la política de Macron frente al cambio climático constituye una movilización general que compromete el esfuerzo de todos.
La polémica apenas comienza y seguro será un tema sobre la mesa después del regreso de las vacaciones, con posturas encontradas y la famosa, pero no siempre aplicada frase de “nadie debería estar por encima de la ley” en la palestra.
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