Dicha cartera informó que como parte de la estrategia para enfrentar la enfermedad trabajará por un mayor control en los puntos de entradas al país y ya cuenta con personal capacitado para la detección oportuna de este mal.
También está definido el flujograma de atención al enfermo con sospecha, y fueron establecidas las medidas de control de foco.
Las autoridades sanitarias ya decidieron cuáles serán las unidades asistenciales para atender los casos con la dolencia.
Existen las normas de bioseguridad para pacientes, familiares y prestadores de servicios, teniendo en cuenta el nivel de contagiosidad y la forma en que se propaga esta patología.
El sábado, el ministerio informó que un paciente italiano, en Cuba desde el 15 de agosto, se convirtió en el primer caso de viruela símica en el país.
Según la nota, el día 17 de agosto presentó síntomas generales y acudió a los servicios de salud el 18 ante la persistencia de los mismos.
Ahora el paciente se encuentra en estado crítico, con peligro para su vida. Se estudian posibles causas asociadas que pudieron condicionar su gravedad.
Hasta la fecha, la presentación clínica de los casos de viruela del simio asociados con este brote es variable.
Muchos casos en este brote no se presentan con el cuadro clínico descrito clásicamente para la viruela del simio (fiebre, ganglios linfáticos inflamados, seguidos de una erupción centrífuga en evolución).
Las características atípicas descritas incluyen presentación de solo unas pocas o incluso de una sola lesión, que comienzan en el área genital o perineal/perianal y no se extienden más.
“La presentación clínica generalmente se describe de leve y la mayoría de los casos tienen lesiones en los genitales o en el área perigenital, lo que indica que la transmisión probablemente ocurrió por contacto físico cercano durante las actividades sexuales”, subrayan informes médicos. Puntualizan que la etapa de incubación de la viruela del mono suele ser de seis a 13 días, si bien puede oscilar entre cinco y 21 días, y lo más importante es que afecta a cualquier ser humano.
Dicha enfermedad es una zoonosis viral, endémica de zonas remotas de África central y occidental, que produce síntomas parecidos a los observados en la viruela humana en el pasado, aunque con manifestaciones menos severas, especificó la Organización Mundial de la Salud.
La infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales contagiados y todavía no existen tratamientos ni vacunas específicas contra la afección.
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