En el reporte, un joven mostró evidencias de las comunicaciones que sostuvo durante meses con la opositora del gobierno cubano Yamila Betancourt García, quien a través de WhatsApp y con el uso de palabras en código lo instaba a ejecutar delitos, a cambio de una retribución monetaria.
Según la investigación, una de las acciones orientadas fue pintar carteles con mensajes contrarios a la isla, previamente concertados. Para esto el joven utilizaba paredes de lugares abandonados y luego indicaba que pertenecían a una escuela.
Yamila Maceo, como se identifica en redes, publicaba estas imágenes con el fin de manipular la opinión pública, por medio de querer mostrar una Cuba en pie de guerra y que todo el pueblo estaba contra el gobierno.
De acuerdo con el testimonio, la opositora utilizaba el término duralgina como palabra clave para indicar que ya había efectuado el pago. El monto por estas acciones, en las que el joven siempre falseaba las imágenes, fue de alrededor de mil 500 dólares.
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